El fracaso de Fernando Alonso más allá de la Fórmula 1

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Kimoa es el nombre de la firma que Fernando Alonso pilota desde 2017. Su incursión en el mundo de la moda arrancó ese año cuando la estrenó en las 500 Millas de Indianápolis, luciendo ropa y accesorios fuera del circuito. Con una declarada vocación sport, las colecciones se basan en camisetas, sudaderas, gafas y las gorras que van unidas al look del piloto en cuanto se baja del coche, ya sea en pruebas de resistencias o en su esperada vuelta a la Fórmula 1.

Sin embargo, la historia empresarial de Fernando Alonso parece haber llegado a su fin, o al menos cambiar de manos. Porque la misma Kimoa, a fecha de este 1 de septiembre, ya no es llevada enteramente por el piloto, como era hasta entonces, sino que cambia de manos. En concreto, a una empresa estadounidense. De todas formas, la firma seguirá su expansión y su venta. Ahora bien, ¿qué motivos hay detrás de ello? Lo repasamos.

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Kimoa no ha conseguido ser rentable

Kimoa rentabilidad

En ese periodo, Kimoa no ha conseguido ser rentable, y sus ventas tampoco han conseguido despegar. En 2020, un año de especial dificultad para el sector textil, los ingresos de Quimoalar SL de Fernando Alonso retrocedieron un 20% hasta los 843.000 euros, todo después de haber superado el millón en 2019 y 2018.

Fue en este último año en el que marcó su mejor registro, con 1,2 millones facturados. Parecía el momento del despegue, pero el retroceso hizo que saltaran todas las alarmas.

Kimoa, que vende principalmente a través de su web a 74 países, ha ido incrementando su oferta, añadiendo gafas de sol, ropa técnica de ciclismo, gafas de esquí e incluso patinetes eléctricos a su oferta base de camisetas y gorras con motivos automovilísticos.

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