La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha asegurado este miércoles que el anterior Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el general Miguel Ángel Villarroya, se vacunó contra el Covid-19 gracias a una instrucción que dictó él mismo sin informar a sus superiores –a ella como ministra– y que no seguía los protocolos marcados por las autoridades sanitarias.
En una comparecencia en el Congreso, Robles ha detallado el protocolo de vacunación en las Fuerzas Armadas y ha asegurado que el responsable era la Inspección General de Sanidad (IGESAN). Al margen de ello, ha asegurado que el Jemad dictó una instrucción propia para la vacunación de un total de 370 personas del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), tanto militares como personal civil funcionario y laboral.
Robles ha asegurado que ni ella ni la subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce, tenían conocimiento de esa orden que, además, establecía unos criterios para la vacunación que «no siguen la estrategia general ni la del Ministerio de Defensa».
La ministra ha reconocido que esta situación, que llevó a la dimisión del general Villarroya, fue «incorrecta»; pero cree que se debió a una interpretación «incorrecta» de la estrategia y no a un intento de «saltarse el turno de vacunación». En cualquier caso, ha respaldado la carrera militar del exJemad y su «intachable hoja de servicios» y ha apuntado que su dimisión «le honra», pese a que cometió «un error patente y evidente».
Robles ha hecho un relato de los hechos por el que, según ha asegurado, el día 5 de enero IGESAM publicó una estrategia de vacunación con el objetivo de garantizar la operatividad de las Fuerzas Armadas en sus misiones, tanto en España como en las misiones en el exterior.
Dada la limitación de dosis disponibles, el día 11 de enero ordenó comenzar la vacunación al personal sanitario militar. Y ha apuntado que dos días después fue la subsecretaria de Defensa la que dictó una instrucción «muy prolija» detallando la estrategia de vacunación.
Sin embargo, Robles ha asegurado que entre esos dos hechos, el día 12 de enero, el Jemad dictó una instrucción propia sin informar ni a la ministra ni a la subsecretaria y que «no entraba dentro de sus competencias».
Robles ha asegurado haber tenido conocimiento de ello a través de los medios de comunicación y ha detallado que la orden del Jemad estipulaba la vacunación de un total de 370 personas pertenecientes al Estado Mayor de la Defensa, empezando por él mismo.
Además, establecía unos criterios de inclusión y exclusión de la vacunación que Robles ha asegurado que no seguían criterios de las autoridades sanitarias.
La ministra ha insistido en que este paso del general Villarroya «excede» lo recogido por la estrategia de vacunación de las Fuerzas Armadas y fue «incorrecto» por no haber dado cuenta a su superior jerárquico. En cualquier caso, ha confiado en que respondió a una «incorrecta» interpretación de la norma y no a un intento de «saltarse» el turno de vacunación.
«Aunque se cometió un error patente y evidente, quiero creer que fue por una deficiente interpretación», ha manifestado subrayando la «intachable» hoja de servicios del ya ex Jemad y su «servicio a España» durante más de 40 años.
Pese a estas explicaciones, casi todos los grupos de la oposición han señalado como responsable a la subsecretaria del Ministerio de Defensa, Amparo Valcarce, la responsable política del protocolo de vacunación.
El diputado de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, ha pedido el cese de Valcarce, mientras que tanto Vox como el PP han defendido la actuación del general Villarroya y han puesto en cuestión que actuara al margen de sus superiores.
Además, el diputado de ERC Joan Josep Nuet ha pedido consecuencias para el resto de militares que fueron vacunados indebidamente y ha exigido a Robles su cese. En caso contrario, ya ha adelantado que pedirá la reprobación de la ministra en el Congreso.
Para rebatir las críticas, Robles ha repartido entre los miembros de la Comisión de Defensa una copia de la instrucción dictada por el entonces Jemad y ha garantizado que da explicaciones sobre «hechos» y no «especulaciones».
En este sentido, ha subrayado que la orden del Jemad iba dirigida a 370 pero era voluntaria, por lo que no conoce el número exacto de personas que finalmente fueron vacunados. «Por suerte, como vivimos en un Estado de derecho, hay unas normas que no hacen obligatoria la vacunación y hay protección de datos. Ni yo ni ustedes tenemos que tener conocimiento de quién se ha vacunado», ha enfatizado.
Además, ha defendido a su subsecretaria, quien cree que dictó una instrucción «perfecta». «Cuando trabajo no tengo amigos», ha dejado claro rechazando que su respaldo se deba a «amigos» o «vínculos afectivos», como ha acusado el diputado de Ciudadanos.
DEFENSA HA PUESTO YA 13.600 VACUNAS
Al margen de esta polémica, Robles ha informado cómo ha avanzado la vacunación en el seno de las Fuerzas Armadas una vez que los militares han sido incluidos por el Ministerio de Sanidad dentro de los colectivos esenciales.
En concreto, la pasada semana el Centro Militar de Farmacia había recibido un total de 35.360 dosis de vacunas: 17.160 de Pfizer y 18.200 de AstraZeneca. De ellas, se han administrado un total de 13.610 vacunas y el resto están depositadas en el Centro Militar de Farmacia para asegurar las segundas dosis y mantener un porcentaje como reserva estratégica.
La ministra ha detallado estas dosis han sido suministradas a personal sanitario, miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y personal desplegado en misiones o próximo a ser desplegado, además de centros docentes de formación en régimen de internado.
Y ha aprovechado para revelar que a la Guardia Real ha recibido un total de 24 dosis, ante la pregunta del diputado de Bildu, Jon Iñarritu.