Violeta Mangriñán: las desgracias que le han hundido en la miseria

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Violeta Mangriñán saltó a la fama tras concursar en el concurso Mujeres y Hombres y Viceversa en el año 2018. Allí tuvo un trono con bastante recorrido y acabó quedándose con un pretendiente llamado Julen. Con él ha roto y ha vuelto en innumerables ocasiones. Antes de aparecer en televisión, Violeta trabajaba como dependienta en una tienda de ropa y estudiaba un curso para ser higienista bucodental.

Tras terminar en Mujeres y Hombres y Viceversa, Telecinco contó con ella para participar en el concurso Supervivientes 2019. Aquí estuvo hasta la novena gala y posteriormente pasó a comentar el resto de concurso. La desgracia ha ido persiguiendo a esta influencer que cuenta con más de 1 millón de seguidores en Instagram. A pesar de parecer feliz, Violeta Mangriñán no está pasando por su mejor momento. Vamos a ver qué desgracias la han hundido en la miseria.

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El mal de ojo a Violeta Mangriñán

Violeta denunció al aire el otoño pasado que alguien le había echado un mal de ojo. Y es que un temporal y sus inclemencias se cebaron con la influencer valenciana. Todo llegó tras una noche en que hizo mucho aire.

Al despertar, Violeta salió a la terraza y vio cómo las sillas estaban descolocadas. Pero lo que más le llamó la atención a la Mangriñán fue que las mesas y la sombrilla habían desaparecido. Subió una storie en Instagram con el título “¿Alguien me puede decir si esto es una broma?”.

Otra desgracia que la hacía hundirse en la miseria: “Menos mal que no soy la única que se ha dado cuenta de que últimamente nos pasan cosas surrealistas”.  Y es que a veces las influencers viven lejos de la realidad.

Creen que si un temporal se les ha llevado el mobiliario del jardín piensan que es lo peor del mundo. Sin embargo, no se dan cuenta de que hay gente que no llega a final de mes sin recortar en comida. Y ella cobra más de 1000 euros por una storie en la red social.