Seguramente has escuchado más de una vez que la comida picante nos ayuda a adelgazar, puede que te lo hayas tomado en serio o puede que hayas pensado que es uno más de los mitos que existen en el mundo de la dieta. En este artículo te contamos qué dice la ciencia sobre el asunto.
Los chiles nos ayudan a adelgazar si seguimos dieta
Parece lógico que si el picante nos ayuda a adelgazar, los chiles, también conocidos como ají o guindilla y que tanto se utilizan en la comida mexicana y peruana sean unos de los ingredientes que más nos ayudan a adelgazar si los introducimos en nuestra dieta, pero ¿por qué?
En realidad, comenzamos diciendo que comer picante no es una forma directa de adelgazar, pero en cambio sí puede ayudarnos indirectamente.
Al ingerir picante, en forma de chiles o de otros alimentos, conseguimos que la temperatura de nuestro cuerpo aumente, con lo cual gastamos más energía que se traduce en calorías. Hay algunos estudios en los que se demuestra que la capsaicina que contiene el picante, tanto los chiles, como la guindilla, o como el tabasco son una ayuda para inhibir la proliferación de las células grasas. Es decir, que sería como una especie de quemagrasas natural. Esto se debe a que la capsaicina es capaz de alterar algunos de los efectos de la acumulación de grasa a nivel de proteínas y a la vez estimular los procesos que aumentan el gasto energético
El poder saciante de los alimentos picantes
Una cuestión en la que la mayoría de las nutricionistas están de acuerdo y que demostró una investigación realizada en la Universidad de Purdue, en Indiana, es que la capsaicina presente en los chiles y, en el resto de los productos picantes, tiene un poder saciante. Esto implica que su consumo en nuestra dieta es una ayuda para que comamos menos alimentos y sumemos menos calorías ya que nos sentiremos antes llenos.
Esto tiene una explicación científica y es que la capsaicina provoca una síntesis de la hormona colecistoquinina que se encuentra en nuestro intestino delgado y que es la encargada de regular en parte nuestro apetito. Se conoce que los niveles de colecistoquinina suben al final de las comidas y desencadenan los mecanismos de la saciedad.
Consumir chiles, pero con moderación
Todo esto implica que los alimentos ricos en capsaicina, es decir, los picantes pueden ser una ayuda en una dieta de adelgazamiento. Sin embargo, su consumo no es milagroso sino una ayuda. Debemos tener siempre presente que nuestra ingesta de alimentos tiene que estar adecuada a nuestro gasto energético.
En este sentido, en nuestra dieta podemos incluir aderezos como la cúrcuma, el curry el tabasco o las guindillas y también podemos comer chiles, jalapeños o pepperoni. Pero, debemos hacerlo con moderación ya que consumir en exceso estos productos puede tener otros efectos como ardor, la sensación de quemazón en la boca o en el estómago, especialmente las personas que no estamos acostumbradas a su consumo.
Qué más ventajas tiene el consumo de alimentos picantes en la dieta
Otras ventajas del consumo de los chiles y de la capsaicina que contienen es que ayudan a mejorar la circulación. Se ha demostrado que hay una vinculación directa entre la capsaicina y la mejora de la función de los vasos sanguíneos. Además, se ha demostrado que activa los receptores que liberan el óxido nítrico siendo este una ayuda para bajar la tensión arterial.
En China se llevó a cabo un estudio que mantiene que el consumo de los alimentos picantes se relaciona con una vida más larga. Parece ser que llegaron a la conclusión de que quienes consumían alimentos picantes aproximadamente 6 o 7 veces por semana tenían un 14 % de riesgo de muerte prematura.
La capsaicina una ayuda con el dolor
Pero la capsaicina también es un compuesto que nos ayuda a lidiar con el dolor, también se cree que el picante tiene propiedades antiinflamatorias. Hace tiempo que existen en el mercado pomadas analgésicas cuyo ingrediente activo es la capsaicina.
Se emplea especialmente en enfermedades como la artritis reumatoide y las esclerosis múltiple.
La capsaicina un compuesto natural que nos ayuda con la obesidad en la dieta
La revista Nutrients publicó un artículo en el que analizaron los estudios hechos hasta el momento sobre Capsaicina, llegando a la conclusión de que siempre que utilicemos las cantidades precisas esta sustancia puede ser muy útil a la hora de ayudarnos a resolver los problemas metabólicos, entre ellos la obesidad. En realidad, esto tiene una explicación y es que la capsaicina favorece el metabolismo de la glucosa.
Otro de sus beneficios, descubierto por investigadores de la Universidad de Maastricht es que ayuda aliviar la retención de líquidos porque promueve la eliminación del sodio a través de la orina.
Por qué pican los chiles
La capsaicina se encuentra en la pulpa blanca de los chiles. Es ese compuesto que hace que sintamos ese ardor cuando entra en nuestra boca. Los chiles y las guindillas son de los productos picantes los que más capsaicina contienen lo que los hace los más picantes pero también los más efectivos. La Scoville es la unidad en la que se mide la intensidad del picor de los chiles. Esta no es más que el número de veces que el extracto de chile debe diluirse en agua azucarada para no ser percibido
Eso sí, debemos de tener claro que no todas las personas tienen la misma asimilación al picante, por eso será uno mismo quién deba regular o incluso en ocasiones evitar su consumo en nuestra dieta.
Cuál es el origen de los chiles
Los chiles forman parte de la dieta de la humanidad desde hace más de 7500 años, se cree que se domesticaron en Mesoamérica. En Europa fueron introducidos por Colón tras su primer viaje y se integraron rápidamente en la cocina española y la italiana.
Al consumir los chiles los capsaicinoides se unen a los receptores de dolor de la boca causando una sensación de calor. Los receptores le envían a nuestro cerebro el mensaje de que se está consumiendo algo caliente ( de hecho en inglés se emplea el mismo término “hot” para decir picante y caliente). Éste responde elevando la sensación de calor, aumentando las pulsaciones cardíacas y liberando endorfinas, las hormonas de la felicidad.
