​"Siendo de la generación Z e hija de una de la X y de un boomer”: La princesa Leonor se consolida como anfitriona de los Premios Princesa de Asturias con un marcado guiño generacional 

La princesa Leonor ha dado un paso al frente en los Premios Princesa de Asturias con un discurso que mezcló la solemnidad del acto con un toque generacional muy personal.

Ante un Teatro Campoamor lleno de personalidades, la heredera demostró una seguridad que va más allá de sus 19 años en los Premios Princesa de Asturias. Su padre, el rey Felipe VI, dejó claro que comienza a cederle espacio de forma oficial.

La princesa Leonor no solo habló a los premiados, sino que lo hizo con un estilo que refleja a una joven del siglo XXI preparada para representar a su generación en la Corona. Este viernes, Oviedo volvió a ser el centro de atención con la entrega de los Premios Princesa de Asturias. Pero este año, los ojos estaban puestos en la princesa Leonor, quien con solo 19 años demostró que está lista para asumir mayores responsabilidades. 

Su discurso fue una reflexión personal que conectó con los tiempos que corren y situaciones actuales. El rey Felipe VI, por su parte, puso palabras a lo que muchos intuíamos: comienza un relevo progresivo en el que su hija va ganando protagonismo.

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El relevo anunciado por Felipe VI en los Premios Princesa de Asturias que deja a la princesa Leonor al frente 

El relevo anunciado por Felipe VI en los Premios Princesa de Asturias que deja a la princesa Leonor al frente 
El relevo anunciado por Felipe VI en los Premios Princesa de Asturias que deja a la princesa Leonor al frente | Fuente: Casa de S.M el Rey

Con una emoción que no disimuló, Felipe VI declaró: "Me corresponde ir cediéndole ya este espacio como heredera de la Corona y como presidenta de honor de la Fundación desde hace 11 años. Lo digo con emoción de padre y de rey". Pero el monarca aclaró que no se trata de una despedida. Dijo mantener "la intención firme de mantenerme vinculado a los premios, a la Fundación y a Asturias". Sin embargo, el mensaje estaba claro: Leonor ha demostrado "madurez y sensibilidad" suficiente para asumir un papel más activo. 

Leonor comenzó su intervención con un guiño que arrancó sonrisas, incluso a sus padres. "Permitidme que, en tiempos de inmediatez, de fugacidad y de bits, escriba una carta a cada premiado... aun siendo de la generación zeta e hija de una de la equis y de un boomer". Esa autodefinición generacional marcó el tono de un discurso. La princesa optó por escribir cartas a cada galardonado, un formato que le permitió conectar de manera personal con todos ellos. "Una carta permite pararse, profundizar y pensar más. Como vivimos en la economía de la atención, voy a intentar de retener la vuestra", explicó.

Cada destinatario de sus palabras recibió una reflexión hecha a medida. A Mario Draghi le recordó que su famosa frase "haré lo que sea necesario" y ayudó a "calmar los mercados" en un momento crucial para Europa. "Fue un acto de confianza en el proyecto europeo en uno de sus momentos más frágiles", destacó.

Con Serena Williams, Leonor mostró su lado más deportivo. "Nadie podría entender el tenis sin ella", afirmó, diciéndole a la tenista: "transformaste en un deporte explosivo desafiando convicciones. Pero quizás el momento más personal llegó cuando mencionó la relación de Serena con su hermana Venus: "Es bonito lo que dices de tu hermana, sin Venus no habría habido Serena. Las hermanas son nuestras cómplices y compañeras de viaje".

Lo que diferencia un discurso protocolario de uno con personalidad son esos detalles que rompen la formalidad

Lo que diferencia un discurso protocolario de uno con personalidad son esos detalles que rompen la formalidad
Lo que diferencia un discurso protocolario de uno con personalidad son esos detalles que rompen la formalidad | Fuente: Casa de S.M el Rey

La princesa Leonor supo incorporar todos estos detalles con naturalidad a sus cartas de discurso. Al referirse a los pueblos indígenas mexicanos, bromeó: "No me quiero ni imaginar cómo lo traducirán los intérpretes". Con el escritor Eduardo Mendoza, reconoció que muchas palabras de sus relatos le eran desconocidas. "Son palabras que los de mi generación no conocemos y que he tenido que buscar en el diccionario", admitió sin complejos. 

Leonor no eludió referirse a los desafíos que enfrentan los jóvenes de su edad. Al dirigirse al filósofo Byung-Chul Han, utilizó incluso el emoticono de "cabeza explotando" para preguntar "cómo los jóvenes pueden recuperar su vida y no estar detrás todo el día en las redes sociales y el móvil".

Sus reflexiones finales mostraron profundidad, preparación y responsabilidad. "Hay que equiparse con buenas herramientas para atravesar la complejidad, así que no vendría mal avivar el entusiasmo y volver a lo esencial: el respeto por lo diferente, a la educación, a valorar a los maestros". Palabras que resonaron en un teatro lleno de quienes han dedicado su vida a esos valores.

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Detrás de cada gesto de Leonor estaba el apoyo visible de su familia. Cuando mencionó la importancia de las hermanas, Sofía respondió con una sonrisa que no pasó desapercibida. Letizia seguía cada palabra con visible orgullo, mientras Felipe VI observaba con esa mezcla de severidad real y emoción paterna. Los looks de las tres mujeres de la familia real reflejaron también esa transición. Leonor optó por un vestido morado de H&M, elegante pero asequible, en una clara señal de conectar con su generación. Letizia y Sofía completaron un cuadro familiar coordinado pero no uniforme.

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