La preocupación vuelve a instalarse en el entorno de Paula Badosa. A tan solo una semana del inicio de Wimbledon, la tenista española ha tenido que abandonar su partido de cuartos de final en el WTA 500 de Berlín debido a molestias en la espalda. Una retirada que, más allá del marcador, deja abierta la gran incógnita. ¿Podrá estar lista para el tercer Grand Slam del año?
La escena fue tan elocuente como dolorosa. Paula Badosa, de 27 años, apenas pudo plantar cara ante la china Xinyu Wang. Cayó sin atenuantes en el primer set por 6-1 y, tras apenas tres puntos del segundo parcial, se vio obligada a retirarse.

No solo el físico decía basta; también se notaba en su rostro el desgaste emocional de una jugadora que lucha constantemente contra su propio cuerpo.
La espalda vuelve a frenar el regreso de Paula Badosa
El fantasma de la lesión crónica en la espalda ha vuelto a hacer acto de presencia, como un enemigo silencioso pero implacable. Desde que reapareció en mayo, luego de más de dos meses alejada de las pistas, Paula Badosa ha intentado reencontrar su ritmo. Sin embargo, su cuerpo parece tener otros planes. Esta nueva retirada en Berlín se suma a una serie de torneos —como Mérida y Miami— que tampoco pudo completar por cuestiones físicas.
La frustración esta vez se hace aún más evidente. Berlín no era un torneo más. Para una especialista en tierra que necesita adaptarse rápidamente al césped, cada minuto en pista era oro puro. Wimbledon está a la vuelta de la esquina, y el tiempo corre en su contra.
La preparación previa ha sido intermitente y las señales que envía su cuerpo no son alentadoras. El margen para decidir si estará en Londres es mínimo, y cada día será clave en su recuperación.
Un presente para Paula Badosa marcado por la incertidumbre
Lo más preocupante es que esta situación no es nueva. Hace apenas unas semanas, en Roland Garros, Paula Badosa ya advertía que no se sentía en plenitud física. A pesar de competir y avanzar algunas rondas en París, dejó claro que no confiaba del todo en las respuestas de su cuerpo. Hoy, esas dudas se han transformado en un sentimiento de vulnerabilidad que crece a medida que se acercan los grandes desafíos.
Ella misma ha puesto en palabras su frustración a través de las redes sociales. “Estoy muy cansada de esto”, escribió. No hace falta agregar mucho más. Es el desahogo de una deportista de élite que no solo batalla contra rivales, sino también contra una lesión que amenaza con poner en pausa —o incluso en jaque— su carrera profesional.
El circuito, sus fans y el propio mundo del tenis esperan novedades. Y sobre todo, esperan que vuelva. Porque cuando Paula Badosa está bien, el tenis gana.
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