La panna cotta es un postre Italiano de principios del siglo XX y surgió cuando la leche y sus derivados como la nata o la crema eran abundantes. Los orígenes de este divino postre lo retratan como una receta de aprovechamiento, ya que solía elaborarse con la nata sobrante de otras preparaciones.
Su nombre significa crema cocida y se caracteriza por ser de textura suave, dulce y aromática. Para darle un toque aromático y mágico adicional, a la panna cotta suele añadírsele diferentes ingredientes, que van desde ron, café, cáscaras de limón o canela y suele servirse bañada en una salsa de frutas o un cremoso chocolate. Para que te deleites con este dulce postre italiano, te contaré todo lo que necesitas saber para hacer la mejor panna cotta del mundo.
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La nata líquida: la protagonista de una cremosidad absoluta
La crema de leche o nata es la emulsión de la grasa de la leche con el agua, y según el uso que vayas a darle, será necesaria una mayor o menor concentración de grasa.
Es muy usada en la gastronomía y con ella suelen prepararse platos salados como salsas, cremas y guisos y en la pastelería junto con el azúcar, tiene un papel fundamental en la confección de cremas, postres y rellenos.
La utilización de la nata en la cocina ha llegado de hecho a utilizarla como único ingrediente necesario para hacer mantequilla casera.
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Beneficios de consumir nata
El consumo de nata de manera regular aporta una gran cantidad de energía. Esto se debe a que es rica en calorías; además, contiene todas las vitaminas y minerales propias de la leche.
Entre las vitaminas que contiene la nata, podemos mencionar las vitaminas: D, E y C, las cuales ayudan a mantener fuerte el sistema inmune. Además de aportar vitaminas, también aporta minerales esenciales para el buen desempeño de nuestro cuerpo. Están presentes en la nata: el potasio, calcio, fósforo y magnesio.
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Prepara la mejor panna cotta del mundo con estos sencillos ingredientes
Una de las mayores bondades de la cremosa y rica panna cotta italiana, es precisamente que para su elaboración, no son necesarios una gran cantidad de ingredientes. Y de hecho, los que se requieren, son de lo más sencillos y fáciles de conseguir.
Para que puedas preparar en casa este rico postre tradicional italiano, necesitarás: 4 tazas de nata líquida o crema de leche con al menos 35% de contenido graso. 2 ½ tazas de leche, ½ taza de azúcar, 8 gramos de gelatina y esencia de vainilla (opcional).
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Así se prepara la panna cotta
Para poder disfrutar de este delicioso postre Italiano, comienza por colocar en una olla ½ taza de leche y caliéntala sin dejar hervir. Añade los 8 gramos de gelatina en polvo y reserva.
En una olla mediana agrega la crema de leche o nata, las 2 tazas restantes de leche y el azúcar. Agrega si es de tu gusto una cucharadita de esencia de vainilla. También puedes usar cáscaras de naranja o canela en rama.
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Finaliza la cocción de este delicado y sencillo postre
Lleva la olla con la nata, leche y azúcar a fuego medio hasta que la mezcla rompa a hervir. En ese momento retírala del fuego e incorpora la gelatina hidratada con la leche que habías reservado. Este paso debes darlo con la mezcla aún caliente. Una vez añadida, remueve muy bien hasta disolver por completo la gelatina.
Una vez la mezcla esté homogénea y haya perdido calor, pásala por un colador para eliminar grumos. Luego bate la mezcla para que se airee y gane volumen.
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Lleva a la nevera para que tome la consistencia y temperatura perfecta
Cuando la mezcla esté aireada, sírvela en porciones individuales. Puedes hacerlo en copas, moldes de cupcakes o en platos hondos de postre. Una vez servida, déjala reposar por unos minutos, hasta que se encuentre a temperatura ambiente.
Lleva los postres a la nevera una vez estén a temperatura ambiente y déjalos en la misma por un tiempo entre 3 y 4 horas para que tome consistencia.
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Presentación de la panna cotta
Al momento de presentar la panna cotta, puedes acompañarla con frutos rojos. Los que mejor combinan con su dulzura son las cerezas, fresas y moras. También puedes bañarla con una rica mermelada de fresas o cerezas.
Por su versatilidad, este postre lo puedes acompañar de dulce de leche casero, sirope de arce o con una deliciosa salsa de chocolate. Si te gusta la combinación de texturas y sabores, puedes agregar en su superficie cacahuates triturados, nueces o avellanas.
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Consejos para una panna cotta perfecta
Para que tu postre quede perfecto, sigue estas simples recomendaciones. Te garantizo que tendrás el mejor de los resultados.
La cantidad de gelatina debe ser entre 7 y 8 gramos por cada litro de nata. Si le colocas mucha gelatina, la panna cotta tendrá una consistencia muy dura; mientras que, por el contrario, si es muy poca perderá su estructura y quedara muy floja.
La temperatura al momento de cocinar la nata nunca debe superar los 80° C y una vez cocida, debes verterla sobre la flanera para que pierda temperatura y se detenga el proceso de cocción.
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Variaciones de la panna cotta
Existen muchas formas de combinar la panna cotta; por ser un postre muy versátil, se han creado innumerables recetas, por eso hoy por hoy puedes encontrar panna cotta de rosas y vainilla, de limón, e incluso de plátano.
Su elaboración no es compleja y solamente debes agregar el ingrediente que desees probar a la nata durante la cocción y el resto de la preparación es la misma. Esto te permite probar nuevas combinaciones con los ingredientes de los que dispongas.
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Las exóticas panna cottas saladas
Aunque originalmente la panna cotta se sirvió como un postre, también se han hecho platos salados con los mismos ingredientes y procesos involucrados en su preparación.
Entre los más comunes se encuentran la panna cotta de queso, la de huevas de lumpo y ensalada de pepino, o las más elaboradas como la panna cotta de foie gras.
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