La pandemia ha acelerado la velocidad y escala de la innovación y la tecnología

A medida que la economía mundial comienza a emerger de la crisis de la Covid-19, el crecimiento se convierte en un desafío para todos los sectores empresariales que tienen que poner las miras en la innovación, redefinición de los modelos de negocio, tecnología, sostenibilidad y talento.

Esta es la principal conclusión del Digital Summit de McKinsey que celebró su cuarta edición bajo el título ‘The next growth hacking’. El evento, que reunió a más de 200 ejecutivos españoles y portugueses, se celebró en un formato híbrido y contó con la presencia de empresas como CaixaBank, Galp, Salesforce y Cambridge Analytica, además de McKinsey.

En la apertura del evento, Benjamim Vieira, socio que lidera la práctica digital, y Duarte Braga, director general de McKinsey en España y Portugal, destacaron que la pandemia ha acelerado sin precedentes la velocidad y la escala de la innovación.

«La pandemia ha transformado por completo el ritmo de la adopción digital, adelantando en cuestión de meses el cambio que tradicionalmente ocuparía entre 3 y 7 años», ha apuntado Benjamim Vieira. Como ejemplo, cinco de las diez mayores compañías globales no existían hace 25 años y en 2030 se estima que el 75% de las compañías del Fortune 500 no estará en ese grupo, ha recordado.

En la primera ponencia del evento, Sven Smit, socio senior de McKinsey y director de McKinsey Global Institute señaló que el futuro requerirá a las empresas reinventar sus modelos de negocio para adaptarse a un entorno en continuo cambio y acelerado por la pandemia.

«La pandemia ha acelerado algunas tendencias estructurales como la digitalización, el futuro del trabajo, el contrato social y la sostenibilidad. Pero también impulsó tendencias nuevas que tenemos que considerar a la hora de redefinir las estrategias empresariales, como la resiliencia de las cadenas de suministro y el binomio velocidad-escala de la innovación», apuntó Smit.

Smit habló también de las tres palancas de la economía mundial: la transformación del crecimiento, la disrupción de las industrias y el nuevo compromiso social. Con respecto a la disrupción, marcada por la revolución de los ecosistemas, destacó el rol cada vez más protagonista de los consumidores y la aceleración de la innovación tecnológica.

A la hora de valorar el impacto de la pandemia sobre los diferentes sectores económicos, el director del McKinsey Global Institute señaló que algunas de las industrias como la de semiconductores, la farmacéutica junto a la telemedicina, el sector de bienes personales o el software y hardware son las cinco industrias con la mayor previsión de crecimiento a largo plazo. En el lado opuesto, el de la desaceleración, se encuentran los bienes capitales, los seguros y los servicios financieros o el sector de energía.

Continuando con los retos del crecimiento, Tiffani Bova, experta en innovación en Salesforce y autora del libro ‘IQ del crecimiento’ centró su discurso en las inversiones que necesitan hacer las empresas alrededor del talento, los procesos y la tecnología para crecer de manera rentable y sostenible.

Bova recalcó también que la combinación más poderosa es la de «unir la tecnología con lo humano». «Hasta el 85% de los fallos se deben a deficiencias en los procesos y sistemas», apuntó abogando por combinar la inteligencia artificial con la intervención humana.

TRANSPARENCIA EN EL ACCESO Y USO DE LOS DATOS

Continuando con la inteligencia artificial, Julian Wheatland, experto en tecnología quien estuvo al frente de Cambridge Analytica en el año 2018, fue el encargado de analizar la perspectiva ética de datos, destacando los cuatro puntos cardinales de una adecuada estrategia de datos que deben seguir las compañías.

La transparencia y honestidad, una gestión efectiva y elección consciente fueron los puntos que apuntó, recalcando que cumplir con las regulaciones no es suficiente, ya que hay cuestiones más amplias de ética de datos, sesgo y percepción pública.

Wheatland abogó por que las compañías incorporen políticas y procesos internos de regulación e incorporen herramientas que valoren las implicaciones éticas del uso de las tecnologías, en especial datos e inteligencia artificial. «La confianza y percepción pública no están garantizadas por el cumplimiento legal y regulatorio», insistió.

En el cierre del evento, Alejandro Beltrán, presidente de McKinsey en España y Portugal abogó por el optimismo para afrontar la salida de la pandemia y recordó que la innovación es clave para continuar con el crecimiento y la productividad.