Ducharse con agua fría: ¿es bueno o no?

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Mucha gente quizás no ha caído en cuenta de cuan importante es ducharse. Y, sobre todo, cuidar la temperatura del agua. Si es fría o caliente, aquí hay dos grupos bastante amplio de personas que la prefieren tibia, pero a otros les fascina que esté natural. Mientras tanto, existen los que no le otorgan tanta relevancia al baño, y lo hacen como esté el agua y listo. Sin embargo, hay motivos suficientes para hacerlo con un agua fría, ya que le estarías regalando un momento de total relajación a tu cuerpo que seguramente lo necesita.

Tanto al llegar del trabajo, así como cuando te levantas o si estás todo un fin de semana en casa y lo que quieres es estar fresquito. Aunque también depende de la temporada en la que nos encontremos. Aún así, entendemos que pueden haber dudas sobre si es buena o no el agua friecita al momento de darse un regaderazo. Pues, hoy te hablaremos de ello y qué ventajas podrías tener en caso tal optes por una ducha de este tipo.

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Practica la ducha para que la disfrutes y te apoderes de sus beneficios

ducha

Así como cuando llega la hora de comer, el momento del baño es otro de los puntos más gratificantes de una jornada. Es una forma de eliminar impurezas, cargas pesadas, nos sentimos vivos, renovados y el cuerpo entra en una buena temperatura, y ocurre la tan anhelada relajación. Si la idea del agua fría resulta elemental, no tendrías que imponerla en tu rutina de una forma rigurosa.

Si sueles ducharte con agua tibia y pocas veces usas fría, empieza a mojarte los brazos, luego el pecho, los pies… Y así sucesivamente. Te secas al momento, y cuando te sientas listo te das la ducha entera. Y es que, ducharse de esta forma te ofrecerá un cúmulo de bondades que son sorprendentes y desconocías.