La lasaña es un plato que le suele encantar a los más pequeños de la casa (y a los más mayores). No tiene nada que ver una casera con una precocinada. Por lo que no te lo pienses y en lugar de comprarla hecha, intenta hacerla en casa.
Este plato no es tan laborioso como se cree y te va a llevar mucho menos tiempo del que te piensas. Además, tiene sus truquillos para que te quede jugosísima y no se seque. A continuación, te mostramos los errores que cometes y te arruinan la lasaña.
4EL MONTAJE DE LA LASAÑA

Otro de los puntos clave a la hora de hacer una lasaña es su montaje. Para que no se pegue a la bandeja del horno, tienes que untar el recipiente con un poco de mantequilla. Antes de cocinar tienes que calcular las placas que necesitas y la cantidad de salsa boloñesa para que no te quedes corto.
Lo ideal es que la lasaña tenga unos 8 pisos. Si la haces más baja parecerá otra cosa y si te atreves a hacerla más alta, el relleno podría desperdigarse a la hora de servirla. Antes de poner la primera lámina, esparce un poco de bechamel por el fondo de la bandeja. Después, coloca las primeras placas y encima salsa boloñesa montada por otra capa de láminas. Repite este proceso 3 o 4 veces más.