El Vaticano coordina un sistema de saneamiento cloacal en centros sanitarios

El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano está coordinando un sistema para limpiar las aguas residuales e implantar una infraestructura de saneamiento cloacal en cerca de 150 centros sanitarios de 23 países.

Una iniciativa que se enmarca en el «Proyecto WASH» (acceso al agua potable, al saneamiento y a la higiene) en centros sanitarios de la Iglesia que está impulsado además junto a numerosas congregaciones y obispos, además de Caritas Internationalis y Global Water 2020.

«Se está llevando a cabo una evaluación detallada en unas 150 instalaciones sanitarias en 22 países (desde pequeños dispensarios hasta hospitales). También se están evaluando los recursos económicos y humanos que son necesarios para mejorar de forma sostenible las condiciones de agua, saneamiento e higiene y cumplir con las normas adecuadas en materia de infraestructura, equipamiento, mantenimiento y formación», han detallado en una nota de prensa sus organizadores.

En la práctica se trata de un proyecto para auditar y verificar los sistemas de desagüe de los centros sanitarios en áreas situadas en países en vías de desarrollo que incluyen pequeños dispensarios y grandes infraestructuras hospitalarias.

Al frente de esta iniciativa está la Orden Hositalaria de los Hermanos de San Juan de Dios (Fatebenefratell) con 400 centros sociales y sanitarios en 52 países. El hermano Ángel López, director de la Oficina de Misiones y Cooperación Internacional de la Curia General, explica que «el agua, además de ser un recurso insustituible de primera necesidad, es para nosotros uno de los medios más importantes y económicos para prevenir y mejorar la salud de las personas de todas las edades».

Por su parte el Secretario General de Caritas Internationalis, Aloysius John, asegura que esto ayudará a «prevenir la propagación de nuevas enfermedades y a garantizar una atención digna a los y las pacientes en los centros sanitarios».

Los resultados preliminares de la evaluación revelan la necesidad urgente de actuar en algunos ámbitos. Si bien las conclusiones del informe final se publicará a finales de este año El Vaticano ha hecho un llamamiento a las organizaciones interesadas para que se sumen a esta iniciativa.

Este proyecto nació el año pasado coincidiendo con la publicación del documento «Aqua fons vitae». «La importancia del agua y el saneamiento, con la COVID-19, es más evidente que nunca ya que sin agua y sin la higiene adecuada, la vida de miles de millones de personas corre peligro», han señalado desde el Dicasterio.

En agosto de 2020, el Dicasterio envió una carta a todos los obispos del mundo instándoles a ayudar a garantizar las condiciones adecuadas de agua, saneamiento e higiene «en todos los centros de salud de la Iglesia católica, con el fin de tratar a los pacientes de forma segura, prevenir la transmisión de la COVID-19 y de otras enfermedades, así como para proteger al personal médico y a los capellanes», y a orientar a su personal, «para responder a la situación terriblemente precaria que viven algunos centros de salud que operan en zonas pobres o aisladas.»