Por qué febrero es el ‘mes loco’

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¿Qué tiene febrerillo ‘el loco’ para que lo llamemos así? Llega este mes que de pronto anda dudoso entre el invierno que remolón va quedando atrás poco a poco, y la primavera que discreta quiere empezar a apuntar maneras. El refranero español, tan sabio como de costumbre, asegura que ‘febrero loco y marzo otro poco’, dándonos una pista acerca del porqué del apelativo al mes más corto de todos los del calendario. Aunque la denominación sea popular, esta posee una explicación científica.

En este caso, el refrán servía, por un lado, para poner sobre aviso a los habitantes de la crudeza del invierno durante el mes de febrero y advertirles, al mismo tiempo, de que esta situación de inestabilidad se seguiría reproduciendo en marzo con mucha probabilidad.

Este se debe, principalmente, a que en el segundo mes del año se acaba la fase más intensa de la temporada de frío, y esto provoca desequilibrios térmicos y climatológicos que acaban afectando al normal discurrir de la vida cotidiana. En febrero ya se nota que los días son cada vez más largos y que nos vamos acercando a la primavera.

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REFRANES AGRARIOS 

Leyendo estos refranes, uno piensa que febrero debería pasar cuanto antes, ya que no suelen gustarle a la población, pero ¿es malo para todos el tiempo cambiante? Echando un vistazo al refranero observamos que cierto colectivo, el de los agricultores, sí que está algo más contento con la llegada de este segundo mes:

  • Febrero llovidero, llena manantiales y crea tempero.
  • La lluvia de febrero es el mejor estercolero.
  • Lluvia de febrero llena cuba, tinaja y granero.
  • Si no llueve en febrero, ni trigo ni centeno.
  • Si febrero viene de aguas, habrá pastos y habrá parvas.
  • Nieve y lluvia en febrero, todo el año ha tempero.

«No tenemos prisa en que llegue la primavera templada, no maldecimos al invierno encogedor, sino que queremos vivir las cosas con serena pasión, para no tropezar en este febrero loquillo con su vaivén incomprensible que nos engaña con su “ya”, cuando es “todavía no”, escribía Jesús Sanz, obispo de Jaca y Huesca para resumir el sentir de la población con este «febrero loco«.

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