Por qué la nieve no es blanca y otras curiosidades sobre este elemento

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Aunque canciones, villancicos y todo tipo de cosas relacionadas con el periodo invernal hablen de la nieve, realmente en España la vemos en pocos lugares. A no ser que vayamos a la sierra o a puntos altos o caiga una nevada como la de Filomena, todo lo que sabemos de la nieve es que está fría y es blanca. Pero ni incluso esto es cierto, porque la nieve en realidad no es blanca. Te vamos a contar esta y algunas curiosidades más sobre este elemento en este artículo. Así, en la próxima comida, podrás contarle a tu cuñado estas curiosidades y ya no será el listo de la familia.

Y es que la nieve es un elemento de la naturaleza que garantiza vivir aventuras y paisajes hermosos. Para los aficionados a los deportes de invierno, es la alegría de poder deslizarse por ella. Ya sea en tablas, en trineos o con skies, la nieve es diversión. También para fotógrafos significa poder sacar unas estampas invernales que deleitan las vistas. Y para niños y papás, el poder hacer ángeles o muñecos de nieve, es un entretenimiento muy divertido. Pero la nieve tiene sus peligros. Vamos a ver qué curiosidades puedes aprender sobre la nieve que te dejarán helado.

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Copos diferentes y grandes como un plato

Uno de los mayores placeres de la vida, si te pilla en tiempo de ocio, es que te caigan copos de nieve sobre tu cabeza. Puedes abrir la boca y que se metan dentro. Esto se puede hacer porque son copos pequeños. Pero no siempre es así.

Todos los copos son diferentes y hay de mayor y menor tamaño. Pero el mayor copo que hay caído sobre la tierra se registró en 1887 en Estados Unidos y tenía un diámetro de 38,1 cm. Como para darse una comilona con él.

Sin embargo, en cuanto a su forma, no son diferentes. Sí en tamaño, no en forma. Todos tienen 6 lados, aunque luego pueden presentar particularidades. A menor temperatura, los copos son más similares, a mayor temperatura, más diferencias hay, pero todos son hexágonos.