Por qué la meditación te va a hacer un narcisista y egocéntrico

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En los últimos años la meditación se ha desprendido en buena medida del aire místico y religioso que solía tener. Ahora es más habitual que reciba el nombre de mindfulness, o simplemente ejercicios y técnicas de meditación, relajación y respiración. Ya es muy común escuchar a psicólogos y profesionales sanitarios recomendar la meditación como una forma de paliar dolencias mentales como la ansiedad, la depresión o el estrés. También han quedado ampliamente probados sus beneficios para conseguir un estado de salud más equilibrado, por aquello del “mens sana in corpore sano”. 

Existen evidencias científicas de peso que aseguran que es eficaz para eliminar el estrés y la ansiedad. Tal vez el más concluyente de estos estudios sea el titulado “The effect of mindfulness meditation training on biological acute stress responses in generalized anxiety disorder”, publicado por un grupo de psicólogos, psiquiatras y neurólogos en la revista Psychiatry Research. Según los datos recogidos por los investigadores, el mejor remedio contra la ansiedad se consigue con varias semanas de meditación intensiva. Pero, todo hay que decirlo, es necesario no fliparse, pues investigaciones recientes apuntan a que las personas que practican meditación tienden a ser un pelín más narcisistas que la media y a creerse espiritualmente superiores.

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Ver lo que otros no ven

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Es necesario aclarar que, aunque haya un vínculo o correlación entre sentimientos de superioridad y ejercicios espirituales, no significa eso que estos sean la causa de aquellos. ”Hemos encontrado claras evidencias de superioridad espiritual en las personas que practican mindfulness”, explica la investigadora. “En teoría, este entrenamiento espiritual está orientado a convertirnos en personas  sabias que trascienden sus intereses privados y se sienten conectadas con los demás. Personas que no juzgan a quienes los rodean, pero en realidad es muy común que lo que suceda sea muy diferente”. ¿Cómo es posible que suceda algo así? La psicóloga aventura algunas hipótesis al respecto.  

“Las personas que se forman a sí mismas en, por ejemplo, curar y leer su propio aura y sus chakras, por lo general acaban descubriendo que tienen unas habilidades psíquicas especiales. Se creen capaces de “ver” cosas que los demás no ven. Eso les hace sentir muy especiales, como si fuesen elegidos. Una parte muy importante de convertirse en una persona “espiritual” pasa por trascender el foco que uno pone en sí mismo. Es decir, por extender la perspectiva de nuestra mente más allá de uno mismo. Por eos resulta irónico que estas prácticas acaben generando unas respuestas que no tienen nada que ver con eso”.