En la actualidad, el concepto de machismo es bien conocido, puesto que es una palabra de uso común, aun así la daremos un concepto para entrar en el tema correctamente.
Concepto de Machismo
Podemos decir que la palabra machismo proviene del término macho que a su vez tiene origen en la palabra en latín «mascūlus» que hacía referencia a los cachorros de sexo masculino, más tarde en un latín más ordinario el término se convierte en «masclu» cuya traducción literal al español Seria «machito«.
El término como tal es definido como un conjunto de dichos, prácticas y comportamientos misóginos, es decir, que menos precia o ponen a la mujer en un rango más bajo que el hombre en muchos aspectos de la vida. Si bien esta definición es asertiva, el diccionario ideológico femenista define al machismo textualmente como:
«El conjunto de leyes, normas, actitudes y rasgos socioculturales del hombre cuya finalidad, explícita o implícita ha sido y es producir, mantener y perdurar la opresión de la mujer a todos los niveles: afectivo, laboral, procreativo y sexual”.
En varios países, más que todo en aquellos más tradicionalistas, esta conducta es muy arraigada, tanto que no sólo discrimina y somete a las mujeres, sino también a los propios varones homosexuales, ya que los consideran «no masculinos».
El machismo está lleno de variantes que se dan desde el núcleo familiar en familias patriarcales, donde ninguna decisión puede ser tomada sin la intervención y aprobación del padre, hasta el mismo consejo legislativo de un país, donde se les resta importancia a las leyes de respeto a las mujeres.
Ahora bien, ¿cómo se inculca esta idea en los niños? La respuesta es simple, desde la educación escolar esta doctrina viene dada.
Educación machista y machismo encubierto
Puesto a que el machismo es una forma de agresión en contra de los derechos humanos, el machismo se da de forma encubierta, también conocidos como «micromachismo«, que es una de las palabras que es candidata para ser la palabra del año en España, son un conjunto de pequeños comportamiento o frases que se dan en el día a día.
Un ejemplo de esto viene dado en la publicidad en los medios de comunicación, donde siempre se presentan roles específicos, como un ejemplo claro podemos observar que en las propagandas de productos de limpieza, en el mayor parte de los casos, la protagonista es mujer, dándole así el rol de ama de casa, el caso es muy diferente con las propagandas de materiales de construcción, en donde se pueden observar como los trabajadores siempre son hombres. Estas pequeñas connotaciones poco a poco entran en las ideas de los niños.
El machismo se muestra en la educación familiar, viendo cómo se implanta la idea del matrimonio y la procreación como deseo de autorealización de la mujer, cuando el varón es motivado al estudio y trabajo. Por eso hay campañas como la de la Universidad de Valencia contra el acoso a las mujeres.
Esta idea fue tan arraigada que no fue hasta el siglo XX cuando las mujeres pudieron entrar en la universidad de ciencias, pues les estaba prohibido, así como no es hasta la segunda mitad del siglo XX cuando las mujeres consiguen usar pantalones en sitios públicos. Explorando más en el machismo podemos conocer sus orígenes y como está presente incluso en las mayorías religiosas del mundo.
Origen del machismo
Podemos conseguir pruebas de machismo en la antigua Grecia, donde Sócrates, un famoso filósofo, habla de su mujer llamada Jantipa utilizando esta frase:
«Entonces cuando esta lo vio se puso a gritar y llorar, como siempre hacen las mujeres«. Esta frase demarca la «debilidad» de las mujeres.
Otro conocido filósofo, como lo fue Platón, en uno de sus diálogos expresa lo siguiente:
«Si quieres, en cambio, la virtud de la mujer, no es difícil responder que es necesario que esta administre bien la casa, conservando lo que está en su interior y siendo obediente al marido«. Este era el trato común de la mujer en la antigua Grecia, una sumisión total frente al hombre.
Así como el machismo está presente desde antiguas épocas también está presente en las religiones.
Presencia del machismo en las religiones
Observemos cada una de las grandes doctrinas y su tratamiento a las mujeres:
Catolicismo:
Para nadie es un secreto que el catolicismo es una de las religiones más seguidas en el mundo, siendo así la predominante durante la edad media, aun así no escapa de tener machismo dentro de la misma.
Esta religión está basada en la biblia donde muchas veces podemos encontrar como la mujer es vista como pecaminosa. Bien es conocida la historia de Adán y Eva, derivado de esto el siguiente texto es expresado:
«A la mujer, él le dijo, multiplicare enormemente tu dolor y tu concepción; con tristeza darás a luz hijos; y tu deseo será tu marido, y este se enseñoreará de ti«
Este texto muestra el poder del hombre por encima de la mujer. Esta religión solo considera a la mujer cuando es virgen, como símbolo de pureza, cuando es madre como símbolo de abnegación o como esposa como símbolo de subordinación.
Budismo:
Este ha sido criticado por su trato a las mujeres, más que todo a las mujeres monjes, haciéndolas ver inferiores a los hombres monjes. La mayoría de las escuelas de budismo tienen más reglas para las mujeres que para los hombres.
Hinduismo:
En este, el machismo es más evidente en los escritos sagrados. Pero también ritualmente las mujeres están en desventaja, puesto que para contraer matrimonio los padres deben pagar y las familias de bajos recursos suelen quedar empobrecidas al hacerlo, dejando al resto de sus hijas como «indeseadas».
En la actualidad el machismo se expresa de forma amplia en la división laboral.
División laboral:
En la lucha constante por aceptación las mujeres, han buscado abrirse paso en el mundo laboral, pero esto no ha sido fácil puesto que en muchos se fundamentan en la diferencia de fuerza física entre el hombre y la mujer. Eso sin hablar de la brecha en las diferencias salariales, es por ello que aún el mundo laboral los hombres poseen un alta tasa de preferencia, así como facilidad para optar a una oportunidad laboral.
Otro tema llamativo es el acoso laboral, el cual es dado en mayor porcentaje hacia mujeres que se sienten amenazadas por sus jefes, incluso corren el riesgo de perder sus empleos si no aceptan sus insinuaciones.