Asturias registra 16 fallecimientos en una jornada con 62 ingresos hospitalarios

La Consejería de Salud ha informado de 16 fallecimientos por COVID-19 registrados en la jornada de este lunes 30 de noviembre. Un día en el que se produjeron 62 ingresos hospitalarios.

Los decesos corresponden a seis mujeres de 69, 69, 84, 85, 90 y 93 años, y diez hombres de 70, 70, 72, 74, 84, 86, 87, 87, 88 y 100. Nueve de estas personas tenían su domicilio en un centro residencial de mayores.

Los fallecidos se produjeron en una jornada con 145 nuevos casos de covid-19 diagnosticados ayer, jornada en la que se produjeron 62 ingresos de personas con coronavirus: 55 en planta y 7 en UCI. Además, se registraron 71 altas.

Actualmente, en el Principado hay 707 pacientes hospitalizados con confirmación o sospecha de covid-19 y otras 131 personas afectadas permanecen en unidades de cuidados intensivos.

El Servicio de Salud del Principado (Sespa) realizó el lunes 4.992 pruebas de diagnóstico de infección activa y la tasa de positividad se situó en el 4,47%, según el criterio establecido por el Ministerio de Sanidad, que realiza el cálculo en función del número de pruebas positivas procesadas, en vez de por casos confirmados.

CRIBADOS POBLACIONALES

El Sespa apela a la solidaridad de la población de 30 a 50 años que reside en las áreas incluidas en los códigos postales 33011 (Oviedo), 33209 (Gijón) y 33401 (Avilés), que vive con personas mayores de 65 años o cuida de ellas, para que rellene el formulario disponible en el enlace https://www.astursalud.es/formulario-pcr o llame al 984 100 400 y participe en el cribado poblacional para la detección de casos de coronavirus.

El Sespa irá citando a las personas interesadas para realizar una PCR. Para facilitar el contacto, deben incluir en el formulario un número de teléfono operativo para recibir información del día, hora y lugar donde se llevará a cabo la prueba, así como del resultado. El Servicio de Salud ruega puntualidad para evitar aglomeraciones y colas.

Con estos cribados, Salud pretende detectar y aislar a todas las personas asintomáticas en zonas de alta incidencia, así como a sus contactos estrechos, para frenar los contagios entre la población más vulnerable a la covid-19, que son los mayores de 65 años.