No nos queda más remedio que admitir que, en no pocas ocasiones, el azar, la casualidad y la suerte valen más que el esfuerzo y el talento. O, al menos, dan más frutos. ¿Cuántos son los descubrimientos científicos, los avances técnicos o creaciones artísticas que surgieron de pura chiripa? Sin comerlo ni beberlo, sin que su propio creador tuviese consciencia de lo que estaba haciendo. Los gusanitos, por ejemplo, aparecieron así. Al igual que otros muchos snacks.
A veces los errores, las equivocaciones y los desvaríos dan resultados positivos. Basta con confiar y dejarse llevar, porque no sabes a ciencia cierta qué puedes esperar de algo. En la comida esto ha dado lugar a numerosos felices descubrimientos. Casualidades y hallazgos que nos regala el cosmos a mayor gloria de nuestro paladar.
3Las patatas fritas
Cuesta imaginar cómo serían nuestras vidas sin patatas fritas. Un alimento que nos acompaña desde niños, que está ahí cuando vamos de cervezas con los amigos y que siempre apetecen. Pues aparecieron también de pura chiripa.
Remontémonos a los años 1850. Por aquel entonces, el chef George Crum anunció que había creado una nueva delicatessen en Moon’s Lake House, cerca de Saratoga Springs, Nueva York. Dios y ayuda le había costado dar con la fórmula perfecta para obtener unas patatas fritas muy delgadas.
Después de mucho romperse la cabeza, cortó las patatas en tiras lo más finas posibles y las frió en aceite hirviendo. Así consiguió que le quedasen bien crujientes, y las bautizó como “patatas Saratoga”, en honor al lugar que las vió nacer. Al poco tiempo, ya eran un alimento codiciado a lo largo y ancho del globo.
