Notificada la sentencia que deja en el juzgado de Barbastro el conflicto del arte

El Tribunal de Conflictos de Jurisdicción ha notificado este viernes la sentencia que desestima el conflicto positivo de jurisdicción presentado por la Generalitat de Cataluña y determina que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Barbastro (Huesca) es el competente en el conflicto por la reclamación por parte del Obispado de Barbastro-Monzón al Museo de Lérida de 111 piezas de arte originarias de parroquias aragonesas que hasta 1995 pertenecieron a la diócesis de Lérida.

La sentencia, declara que corresponde al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Barbastro la competencia para seguir conociendo las solicitudes de aclaración y complemento de la sentencia del 10 de diciembre de 2019, que declaró que los bienes eran propiedad de distintas parroquias aragonesas de las que procedían, y que debían ser devueltos «de forma inmediata a las mismas».

El 24 de septiembre, el Poder Judicial ya avanzó en su página web el fallo de los magistrados que desestimaban la demanda interpuesta por la Generalitat y el Consorcio del Museo de Lérida el 20 de febrero.

Fuentes de los servicios jurídicos de la Consejería de Cultura de la Generalitat, en declaraciones a Europa Press, han apuntado que previsiblemente no se presentará recurso a la sentencia del Tribunal de Conflictos, aunque el caso se está estudiando, y sí habrá alegaciones a la sentencia del 10 de diciembre cuando corresponda.

La sentencia del Tribunal de Conflictos apunta que la Generalitat, en sus últimas alegaciones, había señalado que en realidad el juicio «no es sino un mecanismo a través del cual la Comunidad Autónoma de Aragón está extralimitándose en sus competencias territoriales al actuar sobre patrimonio histórico que alega ser suyo pero que se encuentra fuera de su territorio, lo que no puede hacer por estarle constitucionalmente vedado».

Este litigio se originó en 1995 con la segregación de parroquias de la diócesis de Lérida, que pasaron a la de Barbastro-Monzón y el obispado oscense reclamó al Museo de Lérida los bienes originarios de esos templos.