Cada vez que elegimos carne en el supermercado, no solo estamos comprando un alimento: estamos tomando una decisión que influirá en nuestra salud, nuestro bolsillo y hasta en el sabor de nuestros platos. Y si bien muchos piensan que toda carne fresca se parece, los datos más recientes demuestran lo contrario.
En el último año, el consumo de carne fresca en España ha vivido un repunte notable. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2023 cada español consumió casi 30 kilos de carne fresca, lo que supone un incremento del 7,43 % respecto al año anterior. Pero el estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha revelado una verdad incómoda: no todos los supermercados ofrecen carne de la misma calidad.
El supermercado, el lugar favorito para comprar carne, pero no siempre el mejor

A pesar de que los españoles tienen cada vez más opciones para acceder a productos frescos —mercados de barrio, carnicerías tradicionales o tiendas online—, el supermercado sigue siendo el canal de compra preferido para adquirir carne. Esto no es un dato menor, ya que implica que millones de hogares están confiando su alimentación a las grandes cadenas comerciales. Sin embargo, la confianza no siempre es correspondida con calidad.
Para comprobar esta realidad, la OCU llevó a cabo una investigación basada en la experiencia de más de 5.000 consumidores que valoraron la frescura y calidad de la carne ofrecida por 18 cadenas diferentes de supermercados. El estudio reveló diferencias tan marcadas que, en algunos casos, el salto de calidad entre un supermercado y otro fue de hasta 22 puntos en la escala de satisfacción.
Los peores valorados: carne barata, pero sin sabor ni frescura

Uno de los datos más destacados del informe de la OCU fue la baja puntuación obtenida por ALDI. Aunque esta cadena ha ganado terreno en los últimos años por su estrategia de precios bajos, su carne fresca no convence. De hecho, fue la peor valorada por los consumidores, con una diferencia de hasta 22 puntos frente a las cadenas mejor posicionadas.
Esta situación vuelve a poner sobre la mesa un viejo debate: ¿bajo precio implica necesariamente baja calidad? En el caso de la carne, todo parece indicar que sí. Según relataron los participantes del estudio, en ALDI es frecuente encontrar productos con escaso sabor, textura poco agradable y frescura dudosa. Además, muchos señalaron que la carne, una vez cocinada, pierde su consistencia y no rinde como debería.
Este fenómeno no es exclusivo de ALDI. Otras cadenas también obtuvieron puntuaciones discretas, como DIA y Carrefour, que si bien no alcanzaron los niveles de insatisfacción de ALDI, tampoco lograron superar la media. Estos datos ponen en evidencia que, al momento de comprar carne, el precio no debe ser el único factor a considerar.
Hipercor, Ahorramás y las cadenas catalanas: la carne de mayor calidad

En el otro extremo del estudio, encontramos cadenas que se han ganado el favor de los consumidores gracias a la calidad de su carne. Hipercor, por ejemplo, obtuvo una calificación de 79 sobre 100, destacándose por la frescura, variedad y presentación de sus productos cárnicos. Muchos clientes remarcaron la confianza que les genera esta marca al momento de elegir cortes para el consumo diario o para ocasiones especiales.
Ahorramás, una cadena que opera principalmente en Madrid y alrededores, logró una puntuación de 65, posicionándose como una opción sólida para quienes priorizan calidad sin pagar precios desorbitados. Sus consumidores valoran especialmente la atención al cliente en la zona de carnicería y la apariencia siempre fresca de sus productos.
Pero donde realmente se nota la diferencia es en Cataluña. Allí, dos cadenas locales lideran el ranking de satisfacción: BonÀrea y Esclat. BonÀrea, con una impresionante puntuación de 85 sobre 100, ha sabido conquistar al público por la trazabilidad de su carne, el origen nacional de los animales y un modelo de negocio que integra producción, distribución y venta.
¿Qué valoran los consumidores cuando compran carne en supermercados?

La calidad de la carne no es un concepto absoluto, sino un conjunto de factores que influyen directamente en la experiencia del consumidor. Según los resultados de la OCU, los aspectos que más se tienen en cuenta al valorar un producto cárnico son los siguientes:
- Frescura del producto: Si la carne huele bien, mantiene su color y no tiene exceso de líquido envasado, ya tiene medio camino ganado.
- Sabor y textura tras la cocción: Una carne que pierde volumen, se deshace o tiene sabor metálico genera rechazo inmediato.
- Presentación y limpieza del envase: Muchos consumidores valoran la higiene y el cuidado con el que se presenta el producto.
- Trazabilidad y origen: Cada vez más personas se preocupan por saber de dónde viene la carne, cómo fue criada y si cumple normativas sanitarias.
- Precio justo en relación a la calidad: No siempre lo más caro es lo mejor, pero sí se busca un equilibrio entre precio y lo que se recibe a cambio.
Cuando estas condiciones se cumplen, la experiencia de compra se transforma en algo placentero. De lo contrario, puede convertirse en una decepción, tanto por el dinero invertido como por la comida desperdiciada.
Una decisión que afecta mucho más que el sabor de tus platos

El informe de la OCU no solo invita a repensar dónde compramos nuestra carne, sino también a reflexionar sobre el impacto de nuestras decisiones de consumo. Escoger carne de calidad puede traducirse en una mejor alimentación, menos desperdicio y una mayor satisfacción culinaria en el hogar.
En tiempos donde el precio condiciona muchas de nuestras elecciones, es importante recordar que la carne es uno de los alimentos más consumidos del país. Elegirla bien no solo es una cuestión de gusto, sino también de salud. Si año tras año el consumo per cápita crece —como lo hizo en 2023, con casi 30 kilos por persona—, debemos prestar atención a qué tipo de carne estamos llevando a casa.
Optar por cadenas como BonÀrea, Esclat o Hipercor, aunque puedan suponer unos euros más en el ticket final, podría representar un salto cualitativo enorme en nuestra alimentación. A su vez, dejar de lado opciones que han sido señaladas por los consumidores, como ALDI, es una forma de ejercer un consumo informado y responsable.































































































