Especial 20 Aniversario

Conoce la playa española que es un desierto en miniatura: dunas de arena dorada que se encuentran con el mar

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Existe una playa en la costa gallega que rompe todos los esquemas y redefine por completo la imagen que muchos tienen de esta verde y frondosa región del norte de España. Hablamos de un paraje donde la naturaleza exhibe su poder de una forma sobrecogedora, creando un paisaje casi extraterrestre que deja sin aliento a quien lo visita por primera vez. Es el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo, un lugar donde el concepto tradicional de costa se desvanece para dar paso a la sensación de estar en dos mundos a la vez, un espejismo dorado que se funde con el azul intenso del Atlántico, creando una estampa de una belleza casi irreal. Este enclave no es solo un destino, es una experiencia sensorial completa que desafía las expectativas y se graba en la memoria de forma indeleble.

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La magia de este rincón de Ribeira, en la provincia de A Coruña, reside en su capacidad para transportarnos a un escenario más propio del Sáhara que de las Rías Baixas. La experiencia de esta playa va más allá de un simple día de sol y mar; es una invitación a explorar un ecosistema vivo y en constante cambio, un monumento natural esculpido por el viento y el tiempo, donde el silencio solo es interrumpido por el rugido de las olas y el silbido del aire entre los juncos, invitando a una desconexión profunda. La promesa de caminar sobre kilómetros de arena fina, ascender una duna que parece no tener fin y contemplar un horizonte infinito es el poderoso imán que atrae a viajeros y amantes de la naturaleza a este tesoro gallego.

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MÁS ALLÁ DE LA ARENA: EL MOSAICO DE ECOSISTEMAS QUE ESCONDE LA PLAYA

Aunque la duna acapara todo el protagonismo, el Parque Natural de Corrubedo es mucho más que un desierto en miniatura; es un complejo mosaico de ecosistemas interconectados que albergan una biodiversidad sorprendente. Justo detrás del cordón dunar se encuentran dos lagunas, la de Vixán, de agua dulce, y la de Carregal, de agua salada, que se comunica con el mar a través de un canal. La vida que florece en esta playa es un santuario para las aves acuáticas, convirtiéndose en un punto de parada crucial para cientos de especies migratorias en sus largos viajes entre Europa y África, lo que le confiere una importancia ornitológica de primer nivel internacional.

Pasear por los observatorios de aves situados junto a las lagunas permite descubrir un mundo completamente diferente al del árido campo dunar. Aquí, el paisaje se vuelve verde y bullicioso, un contraste que enriquece enormemente la visita. La belleza de esta playa reside en su diversidad, donde conviven especies de flora y fauna adaptadas a entornos tan dispares como las marismas, los juncales o el propio frente dunar, creando un conjunto ecológico de una riqueza extraordinaria. Esta coexistencia de hábitats tan distintos en un espacio tan reducido es lo que convierte a Corrubedo en un lugar verdaderamente excepcional y digno de la máxima protección.

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