Especial 20 Aniversario

Con la llegada del calor, la OCU lanza una advertencia: estos son los helados del supermercado que debes evitar

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Disfrutar de un buen helado bajo el sol abrasador del verano es un placer casi universal. En cuanto suben las temperaturas, nuestras visitas al supermercado suelen terminar con el congelador repleto de estos refrescantes caprichos. Pero no todos los helados son iguales. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), hay dos opciones muy populares que, por su perfil nutricional, conviene mantener lejos de nuestra dieta diaria.

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A pesar de su apariencia inofensiva —y muchas veces hasta infantil—, algunos de los helados más vendidos esconden cantidades alarmantes de azúcar y grasas saturadas. La OCU no busca prohibir el placer de darse un gusto, pero sí educar al consumidor. Porque cuando se trata de salud, hasta lo que parece inofensivo puede tener su trampa.

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Choco Clack: una bomba calórica con nombre crujiente

Choco Clack: una bomba calórica con nombre crujiente
Fuente: Nestle

El segundo helado que protagoniza el informe de la OCU es también de Nestlé: el Choco Clack. A primera vista, puede parecer una opción irresistible. Tiene una capa crujiente de chocolate, promete una experiencia sensorial rica y está claramente diseñado para captar la atención de los amantes del cacao. Pero una vez más, lo que importa no es solo el sabor.

La OCU revela que este helado presenta valores nutricionales similares al Oreo Stick Sandwich. Hablamos de 30 gramos de azúcar por cada 100 gramos y más de 13 gramos de grasa saturada. ¿El aporte en fibra? Nulo. ¿Vitaminas o minerales? Brillan por su ausencia.

Este patrón repetitivo entre los productos de la misma compañía refleja una tendencia preocupante: se prioriza la textura, el dulzor y la facilidad de consumo sobre la salud del consumidor. Y aunque todos entendemos que un helado no es precisamente una ensalada, lo mínimo que podemos exigir es un producto que no comprometa de forma tan clara el equilibrio de una dieta saludable.

La OCU insiste en que estos productos deben consumirse de forma puntual y en cantidades muy moderadas. Nada de convertirlos en parte del menú diario de verano. Especialmente si hay menores en casa.

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