El yogur es uno de los alimentos de origen lácteo más sanos que existen. De hecho, se pueden preparar deliciosas recetas de lo más variopinto con este producto tan saludable, casi todos ellos postres, como el bizcocho de yogur de chocolate (que está delicioso, ¡deberías probarlo!) o las famosas magdalenas de yogur, de las más ricas que existen.
Todo esto está muy bien pero seguro que te has preguntado más de una vez qué pasa exactamente si, al abrir tu nevera, descubres que el yogur que estabas pensando en tomarte de postre o de merienda se encuentra caducado. ¿Debes tirarlo inmediatamente a la basura o puedes consumirlo sin temor a contraer alguna enfermedad relacionada con el aparato digestivo?
Precisamente para aclarar esta duda sobre el clásico asunto “yogur caducado” hemos elaborado este reportaje, en el que te explicamos si está justificado o no el temor a consumir estos productos fuera de fecha.
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El yogur y la fecha de caducidad
Aunque es de sentido común, hay algunas personas que por despiste o por falta de costumbre, no miran la fecha de caducidad de un yogur (o de cualquier otro producto refrigerado) antes de consumirlo. ¡Y es un error! Acuérdate siempre de hacerlo para asegurarte de que dicho producto está en las mejores condiciones posible y, de paso, evitar posibles problemas de salud.
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Las características del yogur
Para que quede claro, el yogur es un producto lácteo que posee una serie de características que lo hacen único, muy saludable… y, también, que le ayudan a preservar sus propiedades durante bastante tiempo.
De entrada, el yogur posee un PH bastante ácido, por loque resulta más complicado que en él se formen agentes patógenos que sean capaces de producir enfermedades en el cuerpo humano. Y por si fuera poco, suelen estar elaborados con leche pasteurizada, los lo que los microbios quedan apartados del yogur.
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Yogur mal envasado
Existen diversos procedimientos o señales que te indican claramente cuándo un yogur se encuentra en un estado contraindicado para el consumo y, por lo tanto, deberías desechar inmediatamente.
El más evidente tiene que ver con el envasado del mismo. Tanto de fábrica como, más habitualmente, debido a la manipulación, el envase del yogur no se encuentra sellado convenientemente y, por lo tanto, es posible que el producto se encuentre en malas condiciones de conservación. Perforaciones en la tapa o en el envase, o incluso roturas del mismo suelen ser los casos más comunes.
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Estados anormales del yogur
Aunque e envase del yogur esté perfectamente, también pueden darse casos en los que su contenido esté en malas condiciones. ¿Y cómo puedes saber eso a pesar de todo? Sencillo.
Si ves que el yogur tiene más líquido de lo habitual, es decir, que hay más suero líquido del que suele ser habitual, puede ser señal de que el yogur esté pasado. Igualmente, si este se encuentra rajado, agrietado o incluso grumoso, es una señal inequívoca de que el yogur no está bien. Cualquier cambio en la textura habitual del producto es un indicativo claro de que debes desechar el yogur a toda costa.
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Yogur agrio
Por definición, el yogur es un producto ácido, a no ser que esté edulcorado de alguna manera (con azúcar, miel, etc.). Pero no debes confundir esta característica con el hecho de que sepa agrio, que no es lo mismo. Si esto sucede, ya sabes lo que tienes que hacer con el yogur, y más si posee un olor poco agradable.
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Las propiedades del yogur
Debes saber que, a pesar de que el consumo de un yogur más allá de la fecha que marca la etiqueta no es en ningún caso (y como te hemos explicado) motivo de evitar su consumo, sí que es posible que en este plazo haya perdido parte de sus propiedades.
De esta forma, sus efectos probióticos podrían haberse visto alterados o empequeñecidos, así como otras de sus principales virtudes como su carga de calcio y demás propiedades nutricionales tan características del yogur.
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Un alimento muy completo
Por todo esto, debes saber que no tienes por qué desechar un yogur más allá de su fecha de consumo recomendada, que es la que marca la etiqueta. Además, es un alimento muy sano y que debería formar parte de tu dieta diaria, sobre todo los naturales y los bio.
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