Pocas cosas nos gustan más a los humanos que ver bailar las llamas en una hoguera. Tiene algo de hipnótico, además de lo placentero que resulta sentir el calor del fuego cuando fuera hace frío. Algunos aseguran que es algo que llevamos en la sangre desde tiempos prehistóricos, y que está relacionado con la sensación de seguridad de encontrarnos con el resto de la tribu alrededor del fuego, protegidos de los depredadores. La cuestión es que nos encanta sentarnos delante de una chimenea y dejar que nuestra mente se relaje observando las llamas y sintiendo ese agradable crepitar de la leña, mientras tomamos una taza de café o de chocolate caliente.
9CASA RURAL TÍA SALOMÉ, EN CASTELLÓN
Se encuentra en el pueblo de Sant Jordi, cerca de playas tan famosas como las de Morella, Peñíscola y Vinaroz. La casa tiene alojamiento para 6 personas y una gran chimenea muy acogedora en el salón. Está decorada con mucho encanto, y tiene una amplia terraza y un bonito jardín con barbacoa para disfrutar de los días de sol. Es un sitio perfecto para un fin de semana con amigos o familia, además admite animales.
