El hojaldre es una de las masas más versátiles que hay en la gastronomía mundial; puede usarse tanto para recetas saladas como para la preparación de los más delicados postres y definitivamente algo que le otorga un lugar especial es lo rápido que puede cocinarse, teniendo perfectos los más diversos platos en pocos minutos.
La mayoría de las veces, cuando de hacer una receta con esta masa se trata, por practicidad se suele comprar en el supermercado más cercano, pues su elaboración suele ser algo compleja y larga. Pero, para todo hay solución; y es por eso que hoy te traigo esta receta de hojaldre rápido y muy fácil con el que podrás dar rienda suelta a tu imaginación.
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El hojaldre rápido: un trabajo sencillo y con un gran resultado
Las recetas que se preparan con hojaldre resultan sencillamente sublimes y exquisitas; y una muestra de ello son las sencillas palmeritas. Ahora bien, aunque es sencillamente divino, lo cierto es que también suele ser un proceso bastante laborioso.
Con esta propuesta que traemos el día de hoy, puedes hacer un hojaldre en menor tiempo y con menor nivel de complejidad. Digamos que se trata de un híbrido entre el hojaldre tradicional y la masa quebrada; y ya podrás comprobar lo bueno que queda.
Diferencia entre el hojaldre tradicional y el rápido
Tradicionalmente, el hojaldre tradicional se consigue al envolver mantequilla fría entre capas de masa a base de harina y agua. El resultado de ello es una especie de sobre de masa con mantequilla en su interior, el cual debe estirarse y doblarse una y otra vez hasta lograr formar múltiples capas delgadas y alternadas de mantequilla y masa. Estas son las que forman esas delicadas hojas de hojaldrado durante la cocción.
Con la propuesta de hojaldre rápido no se trabajan capas continuas de mantequilla, sino trocitos de esta que se reparten en la masa y que tras varios pliegos se hacen cada vez más finos. Esto trae como consecuencia hojaldrados localizados y una masa escamosa.
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Diferencias entre el hojaldre rápido y la masa quebrada
La diferencia principal entre estas dos masas radica principalmente en el tipo de resultado que se obtiene y en la proporción de los ingredientes utilizados para su preparación.
Para comenzar, las proporciones para el hojaldre rápido son: una parte de harina por el mismo peso de mantequilla y la mitad de agua, mientras que, en la preparación de la masa quebrada, las proporciones son distintas, ya que giran en torno a mitad de mantequilla y cuarta parte de agua con relación a la harina. Además, tras su cocción, el resultado es muy distinto.
Tipo de harina que debes usar
Para hacer el hojaldre rápido no es necesario utilizar harina de fuerza tal como sucede con el tradicional.
En el caso del tradicional, se utiliza está, porque se necesita una cierta resistencia y elasticidad que da un buen aguante a la masa durante todo el proceso de doblar y estirar. A su vez, la consistencia de la masa termina siendo muy parecida a la de la mantequilla a los 16° en los que debe ser trabajada.
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Ingredientes necesarios para hacer el hojaldre rápido
Tal como en la preparación de la masa de hojaldre clásico, los ingredientes son muy pocos y fáciles de conseguir, y como te he comentado, lo importante es vigilar de cerca las proporciones de los mismos.
Para prepararla necesitarás: 500 gramos de harina, 500 gramos de mantequilla congelada cortada en láminas (puede usar casera), 220 ml de agua helada, 1 pizca de sal y 1 cucharadita de azúcar en caso de que desees una receta dulce. Simplemente, estos ingredientes serán los necesarios. Ahora sí, manos a la masa.
Comienza trabajando la mantequilla
Lo primero que debes hacer para trabajar este hojaldre rápido, es tener lista la mantequilla. Tal como te he señalado, es necesario que esté en láminas y congelada.
Para facilitar el proceso, toma una barra de mantequilla y córtala en rebanadas delgadas. Coloca sobre una fuente las rebanadas y llévala al congelador por un par de horas, hasta que esté completamente congelada.
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Mezcla la harina con la mantequilla helada
Una vez que tengas la mantequilla completamente congelada, pon en un bol la harina, agrega las láminas de mantequilla y remuévelas para que se impregnen muy bien con la harina.
Rompe los trozos con la ayuda de tus manos, pero cuidando de no calentarlos muchos para evitar que se derritan.
El agua helada: la proporción justa de humedad
Añade la cantidad de agua que te he señalado en la lista de ingredientes y mezcla bien con la ayuda de un robot o mezclador de masas.
Es importante que la mantequilla esté congelada y que la temperatura del agua sea helada, solamente así, podrás conseguir la masa perfecta. Si es verano, debes ser especialmente rápido para que la masa no se caliente en exceso y utilizar preferiblemente un robot en lugar de tus manos.
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De esta forma debes trabajar la masa del hojaldre rápido
Cuando tengas todo integrado, pon la mezcla (que no será homogénea, sino más bien suelta) a un mesón para trabajarla. Junta todas las migas de masa y dale forma de rectángulo. Alisa con el rodillo lo más que puedas y comienza a hacer dobleces hasta formar una especie de sobre.
Vuelve a estirar y cuando esté delgada, forma un rectángulo nuevamente. Dóblala en tres y envuélvela en papel film. Llévala a la nevera por 40 minutos y repite el proceso de pliegues. Debes hacer esto dos veces más y estará lista para usar.
Ventajas y desventajas del hojaldre rápido
Entre las ventajas se encuentra por supuesto la rapidez de su preparación y la manera más sencilla de trabajarla que el tradicional. Además, es tan sabroso y mantequilloso como esté.
Ahora bien, tal como sucede con el hojaldre tradicional, su rendimiento es mínimo y se te acabará rápidamente y como mayor desventaja, está el hecho de no poder ser el más recomendable cuando quieras tener un resultado de hojaldre subido y con láminas demarcadas. De resto, puedes usarlo como el más típico y disfrutar de todo su sabor.
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