martes, 16 abril 2024 16:42

¿Machismo en el tenis?

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Dentro del mundo del tenis está más que claro que existe una desigualdad en lo que se refiere al como se aprecia cuando juegan los varones y otro cuando lo hacen las mujeres. Ya sea en cuestión de la repartición de los premios, que en ese sentido los cuatro Grand Slams han mejorado y ya pagan lo mismo tanto hombres como mujeres, como también en la cuestión de calidad, pues las televisoras suelen darle mayor importancia a lo que se genera en la rama masculina en lugar de la femenina. Vamos, que cuando se habla de este tipo de cosas es fácil deducir que hay una especie de machismo dentro del tenis.

Por supuesto que hay muchas cosas que mejorar y hay que seguir trabajando duro para reducir la brecha; la cuestión es que también hay algunos ejemplos que dan la razón a los que apoyan la teoría de que el tenis femenino no sigue su gran crecimiento por culpa de cuestiones internas. Ya se sabe que las cosas han mejorado, que el talento de grandes exponentes en el pasado, como Stefi Graf, otras que llevan tiempo en el circuito, un buen ejemplo es Serena Williams, y las nuevas exponentes que va dando el deporte, sin ir más lejos Emma Raducanu que acaba de ganar el US Open; todas han contribuido al crecimiento. No obstante, se echa en falta que haya algunos torneos que se ven el circuito de la ATP verlos en la WTA y eso respondería más a cuestiones internas que a machismo propiamente dicho.

La barrera la han puesto ellas mismas

Osaka

Competir por los mismos sueños y haber pasado, en algunos casos, por grandes sacrificios similares para llegar al mundo del tenis profesional debería generar más empatía y amistad; no obstante, la envidia y otros sentimientos se anteponen, algo dicho por las mismas tenistas. En la ATP hay rivalidades enormes, como se comprueba en la lucha que tiene Federer, Nadal y Djokovic; pero estos se llevan de forma fenomenal e incluso al suizo y al español se le ve juntos en otros eventos fuera del tenis. Esto no sucede así con todos, tanto en la WTA como en la ATP hay jugadores que no se llevan; sin embargo, del lado femenino eso está más extendido. Son barreras que se han implantado y que deben trabajar para romperlas; por el mismo bien del tenis femenino, para su crecimiento como para ver un torneo tan apasionante como podría ser la «Court Cup».