Retrasar la segunda dosis de la vacuna COVID-19 tiene beneficios

Investigadores canadienses han realizado un estudio donde se observa que las estrategias de dosis única pueden, como se esperaba, reducir el número de casos a corto plazo al inmunizar más rápidamente a un mayor número de personas. Sin embargo, si las respuestas inmunitarias después de una dosis son menos sólidas, los picos epidémicos posteriores pueden ser mayores.

Los investigadores utilizaron un modelo simple para proyectar la incidencia de casos de COVID-19, así como el grado de inmunidad de la población, bajo una variedad de regímenes de dosificación de vacunas y supuestos relacionados con las respuestas inmunitarias. «Dadas las incertidumbres inmunológicas y epidemiológicas que impulsan estos resultados, los modelos simples son una herramienta esencial para explorar las posibilidades futuras», señala Caroline Wagner, profesora asistente en el Departamento de Bioingeniería de McGill y autora principal de este artículo.

«De manera más optimista, encontramos que a medida que aumenta la capacidad de la vacuna, aumentar las tasas de vacunación o cambiar el régimen de dosificación para acercarlo al programa recomendado de dos dosis puede mitigar estos efectos epidemiológicos a más largo plazo, lo cual es importante para la planificación de la salud pública», agrega Wagner.

Varios países, incluidos el Reino Unido y Canadá, han declarado que retrasarán las segundas dosis de vacunas COVID-19 en respuesta a la escasez de suministro, pero también en un intento de aumentar rápidamente el número de personas inmunizadas. Los ensayos clínicos originales de las vacunas, más la epidemiología posterior, son bastante optimistas con respecto a la eficacia de la primera dosis. Sin embargo, todavía no estamos seguros de cómo la fuerza y la duración de la inmunidad de una sola dosis.

POTENCIAL DE ESCAPE INMUNOLÓGICO VIRAL

Otro resultado importante asociado con las respuestas inmunes imperfectas es el potencial de escape inmunológico viral. Para comenzar a abordar este tema complejo, los autores adaptaron un modelo ‘filodinámico’ simple anterior para el escape inmunológico viral, desarrollado por los coautores Bryan Grenfell, Oliver G. Pybus y Edward C. Holmes, junto con otros colegas que no participaron en el estudio actual.

Esta teoría predice que en individuos con inmunidad parcial, la presión de selección moderada combinada con suficiente transmisión viral podría impulsar la evolución. Aquí, los autores exploran esta posibilidad junto con una variedad de otros escenarios, incluido el caso más optimista de un potencial mínimo de adaptación en huéspedes con inmunidad debilitada después de una o dos dosis de vacuna.

Los investigadores recuerdan que ya ha surgido al menos una variante que puede adaptarse para un escape inmunológico parcial. «La teoría simple subraya que la evolución y transmisión de variantes por huéspedes infectados con niveles intermedios de inmunidad puede ser importante. Por lo tanto, la fuerza y duración de la inmunidad, y particularmente el efecto de estas sobre la retransmisión, son parámetros clave a determinar», explica Grenfell.

Un hallazgo intuitivo que enfatiza el artículo es que las tasas muy bajas de administración de vacunas pueden estar asociadas con un mayor número de casos y, posiblemente, un mayor potencial de adaptación viral. «Esto subraya enérgicamente la importancia de la distribución mundial equitativa de la vacuna, ya que el escape inmunológico en un lugar se propagará rápidamente», explica C. Jessica E. Metcalf, coautora del artículo y profesora asociada en EEB y la School of Public y Asuntos Internacionales en Princeton y un miembro asociado de la facultad en el Instituto Ambiental High Meadows.

«Los modelos son relativamente simples desde el punto de vista conceptual, pero ilustran las complejidades del problema y resaltan los desafíos que aún enfrentamos. Esta importante pieza de trabajo proporciona un marco que podemos utilizar para informar nuestro enfoque en el futuro y, además, identifica las brechas de conocimiento clave que debemos abordar», señala Michael Boots, profesor de Biología Integrativa en UC Berkeley que no estaba afiliado al presente estudio.