Carlos Sainz sabía que sufriría más de lo esperado. Lo vio desde el primer día, a pesar de que el prólogo y la primera etapa dijeran lo contrario. Iba a ser un Dakar diferente, más complicado de lo que ya lo era. Una carrera de la que, aunque no está todo perdido (aún quedan más de seis días para finalizar), las aspiraciones de triunfo van más cuesta arriba de lo que podría parecer.
Este sentido, y más allá de que a Carlos Sainz nunca se le debe dar por derrotado, lo cierto es que la victoria parece cosa más de otros que de él. Sobre todo de Al-Attiyah y Peterhansel, que pese a que también han sufrido contratiempos, su ritmo y escalada permiten que este Dakar les sea, hasta el momento, más favorable que al resto. Repasamos el camino del madrileño en este Dakar 2021.
4La victoria en la sexta etapa da la mejor señal: nunca arroja la toalla
Pero, como bien decíamos al inicio, no todo está perdido. O al menos no tanto como para arrojar la toalla. Porque el madrileño nunca lo ha hecho, y menos en un Dakar que su 14ª participación. Por todo ello, el madrileño no se resistió a perder y ganó esa última sexta etapa antes del día de descanso.
Una forma de olvidar lo ocurrido y hacer borrón y cuenta nueva; dando este viernes el máximo como como siempre (y más) por el desierto, haciendo precisamente lo que había venido a hacer a Arabia Saudí, poner al límite su coche, algo que este año es mejor no hacer para no equivocarse de camino con las hojas de ruta de este curso.
Allí sí pudo acelerar sin preocupaciones. Su posición retrasada de salida le ayudaba, y sobre todo, un recorrido mucho más lineal, sin trampas de múltiples valles y pistas cruzadas que pudieran llevar al error de navegación. Así, Carlos, preocupándose únicamente por acelerar siguiendo la dirección correcta marcada por Lucas, en una etapa más parecida a los Dakar que él conoce, logró su segunda victoria de etapa en el Dakar 2021. Una señal de que, aunque no lo parezca, las pequeñas alegrías se siguen contando.





