Los peligros de Alexa que nadie te cuenta

-

Sería curioso intentar responder a quién se le ocurrió que es una buena idea tener una máquina a la que le preguntas cosas y le respondes. Una máquina que está en el salón de tu casa, que escucha todo lo que dices, que sabe qué cosas te preocupan y a la que, de un modo a otro, le confiesas tus intimidades y secretos. Porque básicamente eso es Alexa y otros “asistentes virtuales” que son como espías de las grandes empresas tecnológicas en el salón de casa. Aunque Amazon, Google y las compañías que los comercializan han negado siempre que estos dispositivos violen la intimidad, lo cierto es que las sospechas de los más críticos han ido confirmándose con el paso del tiempo.

No son raras las fugas y grietas de seguridad de Alexa, que es el asistente de seguridad de Amazon. Se supone que Alexa solo escucha cuando dicen su nombre, pero eso es mucho suponer. Poco después de que saliese a la venta, Bloomberg reveló que este dispositivo tan moderno y codiciado por millones de personas permite a terceros escuchar y guardar conversaciones privadas de los usuarios de manera aleatoria. La empresa no tuvo más remedio que reconocerlo y asegurar que estaba trabajando en arreglar ese problema.

3
¿Grabaciones seguras?

alexa
Alexa

Esta clase de altavoces inteligentes, como el Home de Google o el Echo de Amazon, están siempre escuchando desde el momento en que oyen su “nombre” para activarse. “Alexa, haz tal cosa”; “Alexa dime tal”…Una vez que los dispositivos reconoce su nombre, empiezan a grabar todo lo que dices y lo interpretan a través de un sistema de inteligencia artificial. No obstante, se supone, que el acceso a esas grabaciones está limitado a los uisuarios de Alexa.

Amazon no cesa de repetir incansablemente que solamente teniendo una cuenta en este dispositivo es posible revisar y recuperar esos audios grabados por la máquina, que el usuario puede borrar cuando quiera. Por ello, se supone, los criminales y hackers no tienen capacidad de borrar las contraseñas utilizando las grabaciones almacenadas en Alexa. Para ello, los ladrones deberían acceder físicamente al asistente o hackear el servidor para conseguir las grabaciones.