Cómo hacer un alioli de mentira que no engorde un gramo

Es difícil muchas veces elegir entre el deber y el placer. De hecho, es uno de los grandes problemas de la existencia humana: ¿hacemos lo que debemos hacer y se supone que es bueno para nosotros, u optamos por aquello que nos procure más placer? Puede pasarnos eso mismo con el alioli, entre otros miles de ejemplos. ¿Nos hacemos una deliciosa salsa alioli para acompañar unas patatas fritas, o nos abstenemos de ese placer que tanto engorda y tan poco nos conviene?

Pues al menos por esta vez puedes estarte tranquilo. Y es que es posible prepararse una “falsa” salsa de alioli, con un sabor y una textura casi idénticas, y que además no engorde nada. Es cierto que la salsa alioli, siguiendo la receta tradicional, tiene muchas más calorías de las recomendables y nos va a hacer acumular grasa en el organismo. Por eso, si este es un tema que te preocupa puedes pasarte sin problemas al “falso alioli”.

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Ingredientes del alioli

Alioli

Como ya hemos dicho el alioli, o mayonesa de ajo, contiene numerosas grasas en sus ingredientes y demasiado aceite. Esta receta alternativa suprime esos ingredientes más calóricos y problemáticos para nuestra dieta sin perder el sabor del alioli. Estos son los ingredientes que debes tener a mano antes de ponerte a cocinar este falso alioli, o este alioli sin calorías:

  • 1 huevo
  • 100 gramos de queso de Burgos con 0% de materia grasa
  • 1 diente de ajo pequeño
  • 1 cucharadita de mostaza de Dijon
  • Un pellizco de sal
  • 30-50 gramos de agua

Una vez que lo tengas disponible en la despensa, nos ponemos manos a la obra. 

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Empezamos con el falso alioli

Alioli

El primer paso de la receta para preparar esta salsa es cocer el huevo. Lo metemos en agua hirviendo, lo dejamos allí dentro unos diez minutos y sale ya como un huevo duro. En cuanto lo saques, conviene darle un pasada por agua fría para que puedas ir quitándole la cáscara sin abrasarte las manos. Una vez que tengas el huevo cocido y pelado podemos empezar a cocinar la salsa. 

Para esta receta necesitas contar en tu cocina con una batidora y un vaso lo suficientemente grande para que quepan todos los ingredientes. Troceamos primero, y bien finito, el huevo cocido, y hacemos luego lo propio con el queso de Burgos, el diente de ajo y  la mostaza de Dijon. Añadimos un pizca de sal, una o dos cucharadas de agua y empezamos a batir.

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Conseguir textura de alioli

Alioli

El secreto y la dificultad, aunque no excesiva, de esta receta está en conseguir la misma textura que tiene el alioli tradicional. Conseguirlo pasa por acertar en la cantidad de exacta de agua que le echamos a la mezcla. Si nos pasamos de la raya, la salsa perderá sabor y tendrá una textura aguada. Lo mejor es echar poca agua de primeras y, en caso de que nos quede la salsa muy espesa, ir añadiéndole poco a poco. 

La cantidad de agua ha de ir en proporción a la cantidad de queso que le eches o al tamaño del huevo cocido. En este aspecto cada cual debe ir jugando con las cantidades hasta dar con la proporción necesaria y a su gusto, tanto de agua como de sal. El agua, por cierto, puede sustituirse por la misma cantidad de vinagre o de zumo de limón, aunque el sabor será entonces ligeramente distinto. Está en tu mano como quieras disfrutar de esta salsa y con qué acompañarla.

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