¿Por qué Cobra Kai se merece una cuarta temporada?

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Cobra Kai pasó de un status de culto con un grupo fiel de seguidores a ser una de las series más populares disponibles a través de la plataforma de Netflix. Basada en la franquicia de Karate Kid, la producción creada por John Hurwitz, Hayden Schlossberg y  Josh Heald nos pone en el papel de testigos de la épica rivalidad entre Daniel LaRusso (Ralph Macchio) y Johnny Lawrence (William Zabka), su desarrollo como maestros de las artes marciales y su problemática relación 34 años después de los eventos de la primera película. 

El éxito que ha tenido es bien merecido, y con el anuncio de una tercera temporada a estrenarse en algún momento de 2021 surge la pregunta: Cobra Kai definitivamente merece una tercera temporada, pero, ¿merece una cuarta? Aunque según ha anunciado Netflix parece que sí habrá una cuarta entrega, no sabremos si se concretará. Cobra Kai tiene todo lo que necesita para extenderse más allá de esta nueva temporada. 

Hace ya 36 años del estreno de la primera cinta de Karate Kid, y desde entonces se ha convertido en un clásico del cine. La película de John G. Avildsen y protagonizada por Ralph Macchio cuenta la historia de Daniel LaRusso, un niño normal que se muda con su madre desde Newark, Nueva Jersey hasta Reseda, California, Allí conoce al excéntrico Señor Miyagi (Pat Morita), un extraño pero carismático inmigrante de Okinawa que trabaja en su edificio como personal de mantenimiento, quien será el guía y maestro de Daniel en su transformación en aprendiz de las artes del karate. 

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Los 80 siempre están presentes en Cobra Kai

¿Por Qué Cobra Kai Se Merece Una Cuarta Temporada?

Cobra Kai tampoco deja a un lado su origen ochentero: el hard rock está presente en toda la banda sonora original, los peinados no cambian y la narrativa tampoco, pero la serie es decididamente moderna en su acercamiento a ciertas temáticas sociales. Si bien Cobra Kai no es un ejercicio de deconstrucción, nos deja muy claro que nuestra visión del mundo ha cambiado desde los ya lejanos ochentas. 

Mientras muchas producciones se esfuerzan por incluir elementos de la época en su estética, en ocasiones no llegan mucho más allá del apartado visual. Cobra Kai se mantiene fiel a su ética. Estamos ante una serie de acción y drama sin pretensiones artísticas exageradas:

Las patadas vuelan, las peleas son un espectáculo, los personajes se enamoran, reflexionan y se desencantan. La mayor virtud de la serie radica en su sencillez, y su insistencia en mantenerse simple le da un atractivo que se siente fresco. Cobra Kai es un éxito no a pesar de la simplicidad de su trama, sino gracias a ella.