La cerveza no tiene la culpa de tu barriga cervecera

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Ya se acaba el verano y es momento de comenzar con la rutina y volverse a poner los pantalones y camisas, pero notas que tienen más dificultad para abrocharse o para entrar. La barriga cervecera, consecuencia de los excesos estivales, es la que está haciendo que parezca que tu ropa encoge. Seguro que te has pasado con la cerveza en vacaciones.

Pero no es la cerveza la que hace que hayas almacenado unos kilitos durante este mes de descuido ni que hayas añadido una X a tu talla habitual de camiseta. Hay otras muchas razones por la que esto ha pasado y no ha sido el zumo de cebada el que te ha causado este efecto. Vamos a analizar qué hábitos has tenido para aumentar tu barriga cervecera.

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Cómo te afecta si eres mayor

A mayor edad, los órganos van siendo cada vez menos eficientes. Además, con el fin de la juventud, nos vamos volviendo cada vez más pasivos y realizamos menos ejercicios. Esto significa que poco a poco vamos a ir ganando peso casi sin darnos cuenta.

Este peso no se va aumentando debido a las cervezas solo. El cuerpo cambia al hacernos más pasivos y el metabolismo se ralentiza, esto además afecta a la posibilidad del aumento de la barriga cervecera. Para las mujeres en concreto, es la menopausia el punto de inflexión en el que la composición corporal cambia y el almacenamiento de grasas se concentra más en la barriga.