Cuando el fútbol se tiñe de negro: agresiones que causaron vergüenza

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El fútbol es sin duda el deporte más seguido a nivel mundial, un hecho más que relevante si se tiene en cuenta que cualquier acción realizada dentro del campo tiene una repercusión enrome fuera de él. En ese sentido, no solo los goles alcanzan millones de visualizaciones, también las faltas suelen recibir una atención descomunal, algo que coloca a los agresores a un nivel casi de criminal, que aumenta o disminuye según termine de adolorida su víctima.

Las agresiones en el fútbol han existido desde tiempos inmemoriales, pero lo cierto es que algunas han pasado a la historia por su rudeza, sus consecuencias y, en algunos casos, sorprenden mucho más porque los árbitros no las llegan ni a considerar como merecedoras de amonestación.

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Luis Suárez mordió con todo

La Copa del Mundo sigue dejando agresiones para el recuerdo y de las más coloridas que se puedan imaginar. Patadas, golpes o jalones suelen suceder, más lo que hizo Luis Suárez a Chiellini en el Mundial de Brasil 2014 fue realmente épico. El uruguayo corrió al área y en un forcejeo con el italiano no se lo ocurrió hacer nada mejor que morderlo. La acción al final quedó en nada y las quejas del central, que mostró el mordisco que le habían dado, quedaron en el aire. Lo peor es que no era la primera vez que el charrúa mordía y al ser reincidente recibió una sanción de nueve partidos y cuatro meses.