Miguel Herrán: así ha sufrido el éxito de La casa de papel

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La serie española «La casa de papel» fue un éxito que todavía continúa. Sus fanáticos, que son demasiados, se encuentran a la espera de la quinta temporada. Como toda producción exitosa le dio popularidad a sus actores y uno de ellos es Miguel Herrán, mejor conocido como Río, personaje en la trama. En el mismo proyecto audiovisual lo describieron -parafraseando un poco- como el joven de la sonrisa bonita.

Formar parte de un proyecto como éste, es un sueño que no todos pueden hacer realidad. Te da fama, prestigio, se abren puertas laborales y otorga estabilidad y bienestar económica. Es por ello que en medio de tantas ventajas, es difícil entender que un actor sufre. Pues amigos esa es la realidad de Herrán.

El qué dirán, la incitación de las personas a llevarte a comprar cosas porque se supone que tienes dinero y el no poder hacer lo que quieres son solo algunas consecuencias que trajo el éxito del actor gracias a su participación en La casa de papel y Élite. El experto en escena profundizó más sobre el tema y esto fue lo que dijo.

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Lo negativo del dinero

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La fama trae consigo tranquilidad económica, una libertad financiera deseada por muchas personas. Esto lleva a pensar que la persona que la alcanza no tiene límites para comprar objetos, ropa o bines. Miguel Herrán continuó diciendo que el dinero lo ha hecho sentirse embelesado por él, pero otras veces le ha generado sentimientos de asco. Contó que un día fue a Mónaco con unos amigos y en una tienda se rieron en sus caras ante la negativa de querer comprar un traje por un valor de 5.000 euros. En sus palabras, le parecía una «burrada» pagar ese precio.

Asimismo reflexionó que las personas pueden hacer con su dinero lo que quieran. Al final no es un recurso que defina al ser humano. Recalcó que se puede ser de mal corazón teniéndolo o no. También añadió lo siguiente:

«Me planteo mucho la cuestión de sociedad en la que vivimos. En la que por un lado te explican que la gente muere de hambre y que hay que hacer algo, pero luego se nos incita a consumir para mantener el sistema y a gastar pero no en ayudar al que le hace falta. Solo con lo que paga de impuestos Ibrahimovic (jugador de fútbol), se arregla un país del tercer mundo durante una temporada. Me pregunto a dónde ha ido a parar ese dinero y en qué se ha gastado…No me cabe en la cabeza».

Las palabras expuestas por este experto en escenas pudiesen depositar en las personas que lo escuchan o leen pensamientos reflexivos, por ejemplo, si bien en cierto que el dinero no define a la persona, también es cierto que su ausencia ha llevado a comer de la basura a niños que a lo largo de su vida se ven obligados a vivir una realidad sumergida en carencias, vicios y pobreza que tarde o temprano terminan definiendo su manera de ver la vida e incluso esta experiencia define su personalidad.