Las berenjenas son unas de las hortalizas más versátiles en la cocina. Con ellas es posible la preparación de los más diversos platillos y a su vez resultan ligeras, saludables y económicas.
Al tener un alto contenido de agua y al poseer una textura que absorbe los sabores y líquidos muy bien, hay algo que muchas veces resulta desagradable al prepararlas especialmente fritas, pues estas tienden a empaparse en grandes cantidades de aceite y terminan quedando muy grasosas. Te voy a presentar algunos trucos para que al prepararlas resulten sin un gramo de grasa.
Las técnicas de las frituras, un arte que hay que saber dominar
Unas berenjenas escurriendo grasa es una experiencia poco agradable; sin embargo, no solo con estos vegetales sucede esto. Cuando se fríen alimentos de la manera incorrecta, suelen quedar terminaciones muy inundadas en grasa o alimentos con textura poco crujiente.
La técnica de la fritura es un arte que debe dominarse y depende básicamente del resultado que se quiera obtener con el alimento determinado. No es lo mismo querer obtener un producto crujiente, a desear un término pochado, por eso es importante tener muy claro el resultado que se busca.

Cómo obtener resultados crujientes al freír

Para obtener resultados crujientes es necesario tener en cuenta varios aspectos, por un lado la temperatura del aceite, la cantidad de piezas a freír y la utilización de un enharinado previo para una mejor textura final.
La cantidad de aceite debe ser abundante y la temperatura del mismo debe rondar los 175 a 180º C. Freír en pequeñas cantidades también es necesario, de esta manera se evitan las fluctuaciones de temperatura que afectan el resultado. Y en caso de desear texturas muy crujientes, enharinar con harina maicena o panko, es necesario para un resultado ultra crocante.
Las berenjenas y las mejores técnicas para freírlas

Con respecto a las berenjenas, las mismas reglas anteriores se prestan; sin embargo, es necesaria la implementación de algunos otros trucos para que queden jugosas por dentro, crujientes en su exterior y por supuesto para que no absorban aceite.
Te voy a presentar los mejores trucos que puedes emplear para que queden doradas, sabrosas y sin un gramo de grasa.
Bañar las berenjenas, el truco mágico para evitar que queden grasosas

Puede resultar paradójico, pero el mejor truco que puedes usar para evitar que las berenjenas queden grasosas al freírlas es darles un buen baño antes de su cocción.
Los trucos para las berenjenas perfectas son muy variados, y así como rebanarlas, espolvorearlas con sal y dejarlas sudar extraen el sabor amargo que las caracteriza, sumergirlas en diferentes sustancias evitará que queden grasosas.
Sumergirlas en leche, una opción muy popular

Uno de los trucos más populares para que no queden grasosas al freírlas es sumergirlas en leche. Para hacerlo, córtalas como de costumbre y llévalas a un bol, vierte una buena cantidad de leche que las cubra por completo y déjalas reposar por unos 15 a 20 minutos.
Al culminar el tiempo del remojo sécalas muy bien, pásalas por harina y rebósalas como de costumbre. Llévalas a freír en abundante aceite a la temperatura indicada para frituras.
Un baño en gaseosas: un truco que funciona, pero…

Otro truco muy utilizado es sumergir las berenjenas en gaseosa. Con este sencillo truco puedes conseguir un buen resultado, pero… si las sumerges en gaseosa pueden resultar con un sabor dulzón que no sea de tu total agrado.
Sin embargo como es una de las formas de lograr un buen resultado al freír, te cuento que solo debes seguir los mismos pasos que los señalados en caso de utilizar leche. Por último, si en lugar de gaseosa utilizas solo agua con gas, el resultado será mejor.
Oh, la cerveza, la mejor de las opciones

La cerveza no solo es maravillosa para tomarla fría en compañía de amigos y de unas buenas tapas, ni para preparar el más divino bacalao a la cerveza. Esta bebida también resulta magnífica cuando de freír berenjenas sin nada de grasa se trata.
El sabor amargo de la cerveza combina a la perfección con el sabor de la berenjena, por esta razón es el mejor elemento al que puedes recurrir. Los pasos que debes seguir son exactamente los mismos que los anteriores, solo que sustituyendo las otras bebidas por cerveza.
Pasemos a la receta

Ya que te he comentado cuáles son los métodos más acertados para lograr freír las berenjenas y hacer que al final no tengan nada de grasa, pasemos ahora a la receta que te dejara enamorado de ellas definitivamente.
La forma de prepararlas será muy sencilla y el resultado te sorprenderá.
Prepara las berenjenas

Corta las berenjenas con la forma que más te apetezca. Puedes elegir bastones, cubos e incluso las más tradicionales rodajas. Cuando las tengas cortadas colócalas en un plato profundo, cúbrelas con abundante cerveza y déjalas reposar por 15 a 20 minutos para que la bebida haga su magia.
Transcurrido ese tiempo, escúrrelas muy bien y espolvoréalas con sal. Pásalas por harina o maicena y escurre el polvo sobrante. Cuando hagas esto con todas las berenjenas será la hora de freírlas.
La fritura perfecta para las berenjenas

Tal como te comentaba, la técnica de fritura cuando se busca un resultado crujiente y que no absorba grasas, es usar abundante aceite y a temperatura alta.
En una sartén o cacerola vierte una buena cantidad de aceite de oliva virgen extra, que es el aceite más recomendado para freír. Cuando esté bien caliente alrededor de los 180º C, sumerge la berenjena rebozada. Lo ideal es que el aceite la cubra por completo para que la fritura se haga de manera uniforme. Cuando estén doradas retíralas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente. Tendrán la textura soñada y no destilarán ni un gramo de grasa.