El portavoz del PP en el Parlamento de Andalucía, Toni Martín, ha asegurado este jueves en el Pleno durante su pregunta al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que «ningún miembro de su gobierno se va a tener que plantear la disyuntiva de tener que firmar o no firmar la petición de indulto de un compañero de filas por el simple hecho de que ningún compañero de filas ha sido condenado por corrupción, como sí le ha pasado a los responsables políticos del Partido Socialista».
Ha sido su referencia a la publicación este miércoles de la sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso ERE, que confirma la condena por prevaricación y malversación para el expresidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, y para quien su familia ha solicitado su indulto al Consejo de Ministros. En su intervención en la pregunta de la sesión de control a Moreno, Martín ha considerado que la XII Legislatura será «la del avance, de impulsar, consolidar la línea ascendente de los cuatro primeros años», aun cuando ha reconocido que «estamos en un momento complicado por la crisis energética en España y en Andalucía».
Tras añadir el cambio climático como «algo estructural que ha venido para quedarse», el portavoz del PP-A ha sostenido que ante este panorama «cualquiera se desanimaría», hecho que ha desestimado para afirmar que el actual Gobierno andaluz «se crece ante las adversidades» después de considerar que «tuvo que enfrentarse a una sucesión de plagas bíblicas la anterior legislatura».
Martín, quien ha ironizado sobre el hecho de que «parece más fácil que España cambie de gobierno que el Gobierno cambie» en su disposición con Andalucía, ha sostenido que el actual gobierno de Moreno «parte con algunas ventajas», entre las que ha enumerado que «va a poder usted levantar las alfombras y no se va a encontrar a 500.000 pacientes» pendientes de ser incluidos en las listas de espera, a lo que ha sumado otros aspectos como afrontar el pago de 700 millones en sentencias condenatorias.
Ese bagaje ha supuesto, en el retrato del portavoz del PP-A, «una losa pesada sobre la que ha tenido que construir los pilares de la nueva Andalucía», para argumentar que «ha conseguido poner las bases de la recuperación». El presidente de la Junta ha afirmado que «el Gobierno intenta ser optimista, nos afanamos por evitar los pronósticos de los distintos analistas» después de señalar que «vamos a tener un otoño e invierno con una pérdida de crecimiento y de empleo» y ha ofrecido que «vamos a intentar revertir ese diagnóstico», a pesar de reconocer que «Andalucía no es una isla, es una orgullosa parte de España».
El primer objetivo que ha apuntado Moreno es evitar que recaiga sobre las familias el aumento de la inflación, un hecho económico que ha considerado que «no viene de la guerra de Ucrania» tras señalar que el IPC en marzo ya se situaba por encima del 6%, a lo que ha sumado «los costes de que venimos de unas políticas erróneas» por cuanto «no han hecho las reformas oportunas». «Malas políticas que han derivado en la debilidad de nuestro país», ha reiterado Moreno.
El presidente de la Junta de Andalucía ha señalado entre los objetivos de la legislatura «luchar contra la sequía», meta para la que ha demandado «una política de agua seria y responsable», mientras que se ha preguntado «por qué pone pegas el Gobierno a que las Comunidades de Regantes puedan hacer obras hídricas como colaboración público-privada», además de defender los dos decretos contra la sequía del Gobierno andaluz, que ha implicado la ejecución de 141 millones en obras de urgencia. «Todas en ejecución», ha indicado Moreno, quien ha esgrimido que con esas actuaciones «se han incorporado nuevos hectómetros cúbicos», mientras ha defendido la apuesta por un modelo energético con energías renovables caracterizado por el impulso de 41.000 proyectos.
