Un hombre de Salt Lake City, en Utah, Estados Unidos, propietario de un restaurante, roció la cara de un hombre que fumaba un cigarrillo en la calle contigua a su establecimiento.
Tras una discusión, en la que el propietario le advirtió sin éxito al fumador que apagase su cigarrillo por estar fumando en una zona restringida para clientes, se tomó la justicia por su mano y roció la cara del transeúnte con un extintor.
El agredido dio aviso a la policía que se presentó en el lugar de los hechos para descubrir que el dueño del restaurante había huido.
La ley del estado de Utah establece que está prohibido fumar a 7,5 metros de la entrada de un centro comercial o de negocios, sin embargo, muchos han criticado la actuación del restaurador.
