Alicia en el País en las Maravillas es un libro de Lewis Carroll que convirtió en éxito la película de Disney. Pero la película de Disney cambiaba bastantes cosas de la historia real de esta jovencita que se adentraba en un mundo mágico. Un mundo onírico en el que nada es lo que parece y donde conocía a extravagantes personajes.
Desde la reina de corazones al sombrerero loco, esta historia ha sido uno de los iconos de los niños de los años 80 y 90. Incluso Tim Burton hizo una secuela de la película de Disney, mucho más oscura y cercana a lo que Lewis Carroll tenía pensado. Pero ahora se han descubierto muchos secretos de esta historia que no eran conocidos por el gran público.
Su autor
El autor de la historia original se apodaba Lewis Carroll, pero este era un pseudónimo de Charles Lutwidge. Lutwidge era un matemático inglés que escribió tanto Alicia en el País de las Maravillas en 1865 como Alicia a través del Espejo, su continuación en 1872.
A Carroll se le ha relacionado con la posibilidad de uso de drogas psicoactivas y estupefacientes que le hicieran imaginar los mundos a los que viaja Alicia. Realmente no hay pruebas sobre ello, aunque muchos estudiosos del misterioso escritor consideran probable el consumo de láudano para la artritis, un sucedáneo del opio que produce estos efectos psicotrópicos.
Eterno soltero de Oxford
Lewis Carroll se trasladó a la universidad de Oxford en 1851. Tras dos días allí, tuvo que volver a su casa tras la muerte de su madre, aunque rápidamente volvió para seguir estudiando. Era muy inteligente pero sumamente perezoso.
En Oxford le fue diagnosticada epilepsia, algo que en aquella épica suponía un estigma social considerable. Sin embargo, la gente lo catalogaba como eterno soltero, porque nunca se casó. De hecho, fue ordenado diácono en la propia universidad y estuvo muy relacionado con la iglesia.
Acercamiento a niños
Los niños eran la única compañía que Carroll disfrutaba. De hecho, tuvo un especial cariño a Alice, la hija de unos amigos. Era en los libros donde desataba tus pasiones más oscuras y por eso creo para Alice un mundo entero.
Tal era la obsesión y el acercamiento de Carroll por Alice, que los padres de la niña prohibieron al autor acercarse a ella. De hecho, confesó su amor por los niños y concretamente por Alice en Alicia en el País de las Maravillas y su continuación. Y era en los libros donde se confesaba porque ahí no podía ser juzgado.
Las cartas de amor
La obsesión del matemático por Alice llegó a plasmarse en múltiples cartas de amor hacia la pequeña en donde él recordaba todos los momentos que había pasado durante tiempos anteriores. Estas cartas rondan las 600 o 700 y se sabe que la familia de Alice era conocedora de la historia de amor.
Sin embargo, estudiosos sobre el tema han asegurado que las intenciones de Carroll no eran sexuales y que era un hombre muy reprimido que nunca podría dar un paso más allá. Se sabe con seguridad que Carroll nunca traspasó la línea con respecto a Alice.
Alice no era la única
La fascinación de Carroll por las menores iba mucho más allá de Alice. De hecho, Carroll fue un prolífico fotógrafo y llegó a hacer 600 fotografías a menores. Estas fotos eran con permiso de sus padres y se encontraron 50 años después de su muerte.
También se encontraron las cartas en las que había fragmentos tachados y fotos sin intención sexual. Sin embargo, a medida que Carroll se hacía mayor, su atracción hacia los niños fue desapareciendo e incluso a los varones no les hacía caso. Su atención se centraba en las niñas.
La petición de matrimonio
Aunque los padres de Alice alejaron a Carroll de su hija, cuando ella tenía 13 años, Carroll llegó a pedirle matrimonio a los padres de la niña. Sin duda que ellos le rechazaron. La madre de Alice llegó a decir que un cohibido y tartamudo profesor de matemáticas distaba de ser el mejor partido para su tan hermosa hija.
Tras esto, la relación de amistad de ambos se cortó y no volvieron a hablar. Según los estudiosos de este tema dicen, la madre de Alice era muy ambiciosa y dominante y sus pretensiones sociales iban más allá de sus posibilidades. Casar a su hija con alguien sin apellido no le haría ascender en la escala social.
Lewis Carroll como fotógrafo
Carroll no destaco solo en escritura. Como fotógrafo rápidamente alcanzó la excelencia. El autor combinaba los ideales de libertad y belleza con la inocencia de los niños. Con la cámara el perseguía la belleza en estado de gracia. Las fotos a los niños fue lo que le causó los problemas con la moral victoriana.
Su propio biógrafo dijo que Carroll rechazaba el principio calvinista del pecado original y lo sustituía por la noción de divinidad innata. El libro Lewis Carroll, Photographer recoge exhaustivamente todas las fotografías que se han conservado del autor. La mayor parte de ellas era retratando a niñas. Pero del total de su obra, menos de un tercio se conservó.
Carrera Literaria
La carrera literaria de Lewis Carroll no se reduce tan solo a los dos libros de Alicia. El autor británico escribió poesías y cuentos en revistas de difusión escasa. También publicaba escritos humorísticos y satíricos, pero su alto nivel de autoexigencia le llevó a creer que no había escrito nada digno. Alicia en el país de las maravillas cambió ese pensamiento.
El poema romántico Solitude, aparecido en el diario The Train le dio cierto renombre. Tras los dos libros de Alicia Carroll publicó un gran poema paródico llamado La caza del Snark y posteriormente Silvia y Bruno. Todos ellos con el sobrenombre de Lewis Carroll. Con su nombre real firmó gran cantidad de artículos matemáticos y libros de esta temática. De hecho, destacó en el campo matemático sobre todo en geometría y la cuadratura del círculo.
Llegó a inventar algunos métodos de cifrados de mensajes, tema que le apasionaba. También dedicó su tiempo al álgebra, a la aritmética electoral, que por aquel tiempo estaba muy de moda y a la lógica.
