Ingeniería al límite: perforadoras gigantes, robots y turnos sin pausa para construir la megainfraestructura submarina del siglo XXI

Noruega continúa avanzando en Rogfast, un proyecto de ingeniería extrema e impresionante que servirá para conectar islas y continente a una profundidad de 400 metros bajo el mar. Su construcción ya está en marcha y se desarrolla a lo largo de las 24 horas del día con la tecnología más avanzada.

Los avances tecnológicos no cesan y permiten que se puedan hacer realidad impresionantes megainfraestructuras que hace unos años parecían imposibles de ser una realidad. La ingeniería se lleva al límite en un nuevo proyecto que está en marcha en Noruega y que supone una de las obras más impresionantes de la historia del país.

Utilizando perforadoras gigantes, robots y turnos sin pausa de 24 horas, ayudan a la hora de construir la megainfraestructura submarina del siglo XXI, todo un desafío al tratarse de la construcción de su tipo más larga y profunda de todo el planeta, y que servirá para conectar islas y continente a casi 400 metros bajo el mar.

NORUEGA YA CONSTRUYE UNA MEGAINFRAESTRUCTURA SUBMARINA

Perforadoras colosales y robots automatizados levantan una megainfraestructura submarina sin detener los trabajos
Fuente: Freepik

La tecnología sigue avanzando, y más allá de que Google ponga balizas en los túneles de Madrid y otras ciudades, nos encontramos con una megainfraestructura submarina que ya está en construcción en Noruega.

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Esta construcción supone una de las obras más impresionantes de toda la historia del país escandinavo. Se está levantando en Rogfast, donde se construirá el que será el túnel de carretera submarino más largo y profundo del mundo.

Con un total de 26.7 kilómetros de longitud y un punto mínimo situado a 392 metros bajo el mar, esta vía submarina se encargará de atravesar el fiordo de Boknafjord para unir Randaberg y Bokn. De esta manera, se conseguirá eliminar la dependencia de los ferris, mejorando la conexión entre las islas noruegas y el continente europeo.

ASÍ ES ESTA MEGAINFRESTRUCTURA SUBMARINA

Obras extremas bajo el mar_ la megainfraestructura submarina del siglo XXI exige ingeniería al límite
Fuente: Freepik

Esta megainfraestructura de ingeniería es parte de la futura autopista E39, una ruta de 1.100 kilómetros que aspira a unir el sur y el norte del país sin interrupciones marítimas, suponiendo de esta forma todo un avance en materia de transporte.

Rogflast es considerada la pieza más compleja de todos los que conforman este plan, y que será clave para poder reducir el trayecto actual a solo 25 minutos, y lo hará a través de dos tubos subterráneos de circulación unidireccional.

El coste estimado de esta obra supera los 20.600 millones de coronas noruegas, lo que al cambio supone unos 1.750 millones de euros. Tras una pequeña pausa en el año 2019 por sobrecostes, la construcción se reanudó en 2021 y desde entonces se trabaja en esta megainfraestructura sin interrupciones.

A día de hoy se están utilizando perforadoras gigantes, robots y turnos sin pausa, con equipos que trabajan día y noche con el objetivo claro de abrir el túnel al tráfico en 2031, aunque la puesta en marcha del servicio total se podría alargar un par de años.

PUESTA EN MARCHA DE LA MEGAINFRAESTRUCTURA NORUEGA

La nueva megainfraestructura submarina combina tecnología pesada y robótica para construir sin pausa bajo el océano
Fuente: Freepik

La construcción de esta megainfraestructura subterránea tiene una extrema complejidad técnica. La excavación avanza a través de roca madre de gneis y granito, alternando con fallas y materiales más blandos que necesitan que se realicen actuaciones de refuerzo constantes para evitar filtraciones y derrumbes.

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El método utilizado en la obra es la perforación y voladura, con centenares de taladros robotizados que son cargados a diario con explosivos, y una ventilación bien pensada para eliminar los gases antes de que se puedan retirar los escombros y continuar avanzando en este enorme túnel.

Además, hay que sumar la creación de un intercambiador subterráneo situado a 250 metros de profundidad, y que conectará con la isla de Kvtsøy. También se trabaja en una compleja red de pasos transversales cada 250 metros y diferentes sistemas de ventilación capaces de gestionar el aire y el humo en un entorno tan profundo por motivos de seguridad.

Se estima que, al acabar, se habrán extraído unos diez millones de metros cúbicos de roca, que se están reutilizando en otras obras, así como en rellenos costeros. En el proyecto, destaca especialmente el que es uno de sus elementos más innovadores y es el control digital.

La plataforma Tunneling Intelligence, de la empresa Epiroc, se encarga de la monitorización en tres dimensiones de las máquinas, anticipando riesgos laborales y permitiendo actualizar los planes de excavación en tiempo real.

Este sistema centraliza las alarmas, con protocolos de emergencia y datos de operación, convirtiendo a Rogfast en un referente mundial de digitalización aplicada a grandes infraestructuras. Ahora, trabajará en esta impresionante megainfraestructura subterránea.

UNA MEGAINFRAESTRUCTURA BAJO PRESIÓN

La megainfraestructura submarina del siglo XXI se construye con perforadoras gigantes, robots y turnos sin pausa
Fuente: Freepik

Más allá de conocer que el mundo subterráneo más grande de Europa está en una ciudad de Andalucía, tenemos que hablar de este túnel, que será el más profundo del mundo. Es una megainfraestructura submarina que supone todo un desafío, al mismo tiempo que lleva a sus propulsores a trabajar bajo presión.

El principal desafío hasta el momento es encontrar métodos de inyección suficientemente buenos para poder sellar la roca. La directora del proyecto asegura que actualmente "estamos a 300 metros por debajo del nivel del mar y ya hemos tenido filtraciones de agua salada bastante grandes en el sistema de túneles. Como vamos a llegar hasta 392 metros por debajo del nivel del mar, nos estamos centrando en encontrar los mejores métodos para mantener condiciones de trabajo seguras y eficientes para todos".

El túnel contará con medidas de seguridad para proteger a los conductores frente a la contaminación en el aire. Tendrá un sistema de ventilación longitudinal con ventiladores a reacción para crear flujo de aire que funcionarán junto a otro sistema de ventilación por pozo que se extiende hasta Kvitsøy.

Esta combinación estará especialmente concebida para poder garantizar que la circulación de aire es efectiva y segura a lo largo de toda la longitud del túnel. Igualmente, habrá un sistema de cámaras y radar monitorizando a los vehículos en tiempo real, de forma que se pueda avisar de potenciales averías o congestión del tráfico.

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A pesar de que aseguran que se perderán empleos con el cierre de los ferris, otros sectores de la región se verán beneficiados por el Rogfast, gracias al cual se podrá conseguir reducir de manera considerable los tiempos de desplazamiento. Es un proyecto que sienta las bases para un desarrollo regional más sostenible e integrado a lo largo de la fracturada costa occidental de Noruega.

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