¿Qué es un cantautor? Es una pregunta válida para pensar en Ed Sheeran. El artista británico es una de las grandes estrellas pop de su tiempo, ocupando el mismo espacio que figuras como Taylor Swift, Bad Bunny, Karol G o Coldplay. Es de los músicos que más facilidad tienen para llenar un estadio, en Madrid agotó dos veces el Riyadh Air Metropolitano, pero también es uno que puede decidir tocar en un bar de Sheffield, y que puede saltar del pop de estadio de ‘Shape Of You’, a temas tan personales como ‘Perfect’ o ‘Thinking Out Loud’.
Quizás por esa mezcla de sonidos y de personalidades que va de la mano de la figura que representa, es que el artista abre con dos canciones tan dependientes de sí mismo como ‘Castle on the Hill’ y ‘Blow’. La primera es, probablemente, la mejor canción de Ed Sheeran, una oda a la juventud que figuras como Elton John, a quien cita en la canción, o su amiga Taylor Swift matarían por tener en su catálogo. La segunda es un tributo al rock de los 80, que le permite soltarse la coleta y correr por la tarima 360 que ha caracterizado su gira. Son canciones que llenan el estadio, a pesar de los problemas de acústica marca de la casa del espacio.
De inmediato hace una aclaratoria: Nada de lo que se escuchará en Madrid el resto de la noche estará hecho con pistas o apoyos digitales. Ed construye canciones con loops hechos con la pedalera que le permiten a su guitarra acústica construir la melodía y la sección rítmicas. Verlo construir las canciones de esta forma hace pensar que puede tratarse de uno de los mejores guitarristas de su generación, después de todo, figuras como Tom Morello o Peter Frampton son conocidos por el uso de sus pedales.
Siguiendo esa tradición, Ed Sheeran es una banda de una sola persona en canciones como ‘Don’t’, ‘Sing’ o la climática ‘Shape of You‘. Es complicadísimo construir el sonido de una canción solo con sus 6 cuerdas y sus pedales, pero tras años jugando con esa idea la guitarra de Ed es capaz de llenar un estadio.
ED SHEERAN Y LA NUEVA CARA DEL TROVADOR
Lo cierto es que más allá de cómo se construyen las canciones, el espacio que ocupa Ed Sheeran en la cultura pop es evidente al tenerlo al frente, incluso con dos pisos de Metropolitano de distancia con el cantautor. El británico ocupa el espacio que ocuparon autores como Chris Martin de Coldplay, Billy Joel o incluso el ya citado Elton John.
Allí están las canciones como ‘Perfect’, ‘Love Yourself’, originalmente grabada por Justin Bieber, pero mucho más ácida en manos de un inglés. o ‘Thinking Out Loud’ para marcar su capacidad como compositor. La reacción del público, 60.000 personas cantando y siguiendo al artista en sus excursiones por el momento del enamoramiento, pasó por la mente del artista. Es evidente que sus canciones narran momentos particulares de su vida, pero lo que lo ha hecho especial desde el día uno es su capacidad de que estas emociones sean universales.

Lo cierto es que no era difícil ver personas llorar en el estadio, incluso desde el área de prensa. Tampoco pensar en algún primer beso empujado por las palabras que cantaba Ed, ni tampoco ver como cuando quería era capaz de transformar todo el estadio en una celebración bailable con el cambio de un par de notas. Si el objetivo de la canción de autor es que en el proceso de contar su propia historia el intérprete cuente la nuestra, Ed Sheeran hace evidente en tarima que pocos son capaces de seguirle el paso en este aspecto.
UN VALS CON MADRID
En cualquier caso es difícil discutir con la capacidad de Ed Sheeran de manejar a una audiencia. Justo antes de ‘Thinking Out Loud’ el artista expresa que empieza el momento en que el público debe cantar, y desde ese momento tiene a todo un estadio en la palma de su mano, actuando como su coro personal.
‘Love Yourself’, ‘Sing’ y la reciente ‘Old Phone’, sirvieron para que diese la vuelta olímpica. Para el bis, con todo y camiseta de la selección española, que cerró la explosión pop de ‘Bad Habits’ nadie se quería ir. Ed Sheeran es, sin duda, una de las figuras del pop más importantes de su generación, y es complicado imaginar a otra figura que en 2025 pueda llenar estadios solo con una guitarra acústica y una pedalera.