Noches del Botánico fueron 3 milagros en la noche en que Sen Senra tomó la tarima. Primero el festival, que sigue siendo un oasis dentro de una ciudad minada de macrofestivales, segundo sobrevivir a la lluvia un problema que ningún festival al aire libre está diseñado para enfrentar y el tercero es el propio cantautor cuyo sonido lo diferencia del resto de una escena pop demasiado homogeneizada.
Es que Sen Senra, nombre artístico de Christian Senra, no es fácil de clasificar y menos en este momento de su carrera. Los arreglos y la construcción de las canciones, así como el juego de luces de la tarima, son un ejemplo de la idea, repetida hasta la saciedad, de que el género musical como concepto está muerto, con el artista bebiendo cómodamente del pop, el rock ambiental de grupos como Radiohead y la percusión de la música urbana. Como si a James Blake le gustara perrear.
Pero lo cierto es que su tarea no era fácil. La lluvia torrencial que cayó sobre el espacio de la universidad complutense apagó los ánimos en un festival que funciona precisamente gracias al ambiente que se genera con el paso de tarde en el jardín botánico. La lluvia dejó a la gente fuera del recinto hasta poco antes de las 9 y a pesar de que se entregaron chubasqueros en la entrada, sin duda complicó la vida de la producción y de los asistentes, pero con eventos al aire libre no hay mucho que hacer más que esperar que lluvia permita continuar.
SEN SENRA Y EL NUEVO POP
Por fortuna, Sen Senra en vivo es suficiente para borrar la lluvia de la memoria. El artista de Pontevedra suena como el futuro de la música, sobre todo por cómo sintetiza los sonidos de su banda y su voz, construyendo paisajes electrónicos que van desde lo sensual hasta lo oscuro. Su disco reciente disco, ‘PO2054AZ’, protagonizó la noche como lo ha hecho toda la gira y el público poco a poco fue entrando en ambiente y enamorándose de las canciones y la puesta en escena de un artista para el que el trap, el pop o el rock son intercambiables.
Canciones como ‘Está Sexy’, ‘Tumbado en el jardín viendo el atardecer’ o ‘No quiero ser cantante’ fueron levantando la voz del público. El artista también sacó a pasear su sencillo más reciente, ‘Hermosa Casualidad’, aunque sin Aitana, y se permitió transformar las canciones de su versión tradicional incluso a sonidos flamencos. Estuvo en la tarima casi dos horas y para cuando se bajó de allí tenía un control absoluto del público. Es inevitable que algún teórico de la conspiración hable del obelisco en el medio del escenario, y tiene algo de realidad gracias al control que termina ejerciendo sobre su audiencia y sobre los ritmos.
NOCHES DEL BOTÁNICO CONTINÚA HASTA FINALES DE JULIO
Pero Sen Senra y Mitski son solo el comienzo, el festival sigue hasta finales de julio con un ciclo de conciertos que aún guarda los platos fuertes. PJ Harvey toca esta noche, y después la lista incluye nombres como Julieta Venegas, Gilberto Santa Rosa, Queens of The Stone Age, Danna Paola o Miranda, así como artistas menos conocidos que merecen ser vistos como Rawayana o Vulfpeck. Son citas obligatorias para melómanos, que recuerdan en un momento de masificación que hay otras estrategias para realizar festivales de este tipo.
De momento, Sen Senra, con todo y la lluvia, es una demostración más del espacio que representa el evento dentro de la ciudad y el porqué mientras algunos de los festivales más grandes siguen desapareciendo, este no hace más que crecer.
