Aunque probablemente no lo sepas, al usar lentillas o lentes de contacto pueden producirse algunas infecciones como hongos, bacterias, o microorganismos que se adhieren a los ojos generando dolor, irritación, erosiones, entre otros. En la guía de hoy te contaremos cuales son los riesgos a lo que te enfrentas por utilizar lentillas. ¡Comencemos!
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¿Qué problema causa limpiar las lentillas con agua o saliva?
No debes justificar el uso del agua corriente o la saliva para lavar tus lentes de contacto. Hacerlo es la forma más segura de que los microorganismos de estas sustancias pasen a tus lentes y, finalmente, a tu ojo.
Además, muchas personas tienen la costumbre de chupar sus lentes antes de ponerse las lentillas, sin darse cuenta de que están depositando restos de saliva en ellas. Lo ideal es que siempre lleves contigo lágrimas artificiales o el estuche de las lentillas.
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No mantener el estuche en perfectas condiciones
Es tan importante cuidar tus lentes de contacto como el estuche donde las guardas. Lo más aconsejable es que limpies a fondo el estuche porta lentillas cada día, utilizando la solución específica para ello y dejando que se seque al aire completamente antes de volver a usarlo.
¿Qué pasa si no lo haces? Un estuche sin la higiene adecuada puede provocar el deterioro de tus lentillas y convertirse en un foco de bacterias y virus. Si llegas a ese punto, es probable que desarrolles una infección en los ojos.
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Queratitis: Riesgo de utilizar lentillas
La queratitis es una inflamación de la córnea, que es una parte importante del ojo que refracta la luz y enfoca la visión. Algunos malos hábitos al usar lentes de contacto, como el uso excesivo, el material incorrecto, la sequedad ocular o una mala higiene, pueden dañar la córnea y causar pequeñas heridas en su superficie.
Esto puede llevar a una queratitis bacteriana, vírica, fúngica o causada por otros microbios, como el acanthamoeba, que se encuentra comúnmente en agua de mar, piscinas, lagos y ríos. Por esta razón, se recomienda no usar lentes de contacto en estas superficies. Además, la queratitis crónica es un riesgo potencial y muchos utilizan lentillas como alternativa a las gafas en situaciones en las que no se pueden usar, como en el baño.
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Ulcera corneal
Es común que después de tener una úlcera corneal aparezca la queratitis, aunque son distintas, muchas veces se cree que son lo mismo. La úlcera es el primer paso, causada por heridas superficiales que tienen síntomas conocidos: dolor, enrojecimiento, secreción de pus, sensibilidad a la luz y sensación de cuerpos extraños. También puede ser causada por traumatismos, ojo seco, exposición a la luz, y patógenos.
Para recuperarse de una úlcera, debes usar colirios recetados por un médico, no usar lentes de contacto y descansar. Esto ayudará a evitar la cicatrización, que puede afectar la funcionalidad de la córnea.
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Conjuntivitis
El uso excesivo de lentillas, junto con factores ambientales como la suciedad, la falta de humedad o el contacto con superficies contaminadas o irritativas (como el agua de piscinas o playas), puede causar conjuntivitis. Se refiere a una infección que afecta a la conjuntiva, la capa de tejido que se encuentra debajo del párpado superior y que se encarga de lubricar el ojo. Los síntomas de esta afección incluyen dolor, hipersensibilidad a la luz, enrojecimiento ocular y, a veces, legañas más abundantes de color verdoso y blefaritis.
El abuso continuado de las lentillas puede llevar a complicaciones como la conjuntivitis papilar gigante, que puede aumentar incluso la puesta de las lentillas después de períodos de descanso prolongados. Por eso, es importante minimizar el uso de las lentillas. La conjuntivitis se trata con colirios específicos y no se deben usar las lentillas mientras no haya desaparecido.
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Ojo seco
El ojo seco una patología que parece ser común en la era de las pantallas digitales, y aunque no es exclusiva de quienes usan lentes de contacto, sí puede agravarse en ellos debido a la pérdida de lubricación natural del ojo.
Los síntomas pueden incluir enrojecimiento, escozor, sensación de arena en el ojo y fatiga ocular, y pueden confundirse con la conjuntivitis. Se recomienda utilizar gotas humectantes y evitar el uso diario de lentes de contacto, excepto en casos especiales. Si experimentas estos síntomas, es importante dejar de usar las lentillas y buscar atención médica.
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Hipoxia
Aunque no lo creas, tus ojos necesitan respirar. En este sentido, las lentillas modernas permiten que se intercambien los gases, la verdad es que no sucede así, particularmente cuando usas lentes de contacto cosméticos, que por sus materiales pueden generar daño ocular.
Vale la pena señalar que no son todas las lentillas, pero lo más recomendable es que los adquieras en clínicas o sitios especializados para prevenir problemas oculares. En la hipoxia se presentan síntomas de irritación, cortes, lesiones generadas por una mala adaptación del lente.
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Problemas oculares: Dormir con las lentillas puestas
Es posible que en algún momento hayas olvidado quitarte tus lentillas antes de dormir y al despertar tengas los ojos rojos y una sensación de picor y sequedad. Esta situación, lejos de tener consecuencias sin importancia, puede tener efectos adversos importantes.
Además, de la sequedad que se produce por la adhesión de las lentillas al ojo, se pueden producir erosiones corneales. Cuando cierras los párpados, el ojo no recibe suficiente oxígeno y la córnea puede inflamarse y agrietarse. Esto puede permitir que las bacterias y las infecciones entren en el ojo.
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Uso de lentillas después del maquillaje
Si eres mujer y utilizas lentillas, es importante que te las coloques siempre antes de aplicarte la máscara de pestañas durante tu rutina diaria de maquillaje. También, debes seguir este consejo por la noche, al desmaquillarte. Si no sigues este orden, corres el riesgo de arrastrar parte de los productos de maquillaje al interior del ojo, lo que puede causar inflamación de la córnea.
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Utilizar lentillas caducadas
Si prestas atención a la fecha de caducidad de los alimentos, ¿por qué no hacer lo mismo con las lentillas? Esto no es un asunto sin importancia, ya que las lentes con la fecha de vencimiento caducada pierden algunas de las propiedades que les confieren los materiales con los que están fabricadas.
Si usas lentillas vencidas, puedes sufrir problemas que van desde una leve molestia de irritación o picor hasta una infección (más o menos grave) causada por los gérmenes que se han acumulado en la lentilla deteriorada.
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