Las croquetas suponen todo un clásico de nuestra gastronomía. Un plato que parece siempre igual, pero que dista mucho de unos casos a otros. Dependiendo tanto del cocinero que las lleve a cabo como de los ingredientes que se utilicen para ello. Aunque existen todo tipo de croquetas, hay unas que resultan especialmente deliciosas: las croquetas con salmón.
En este artículo te damos todas las claves para que te queden perfectas.
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¿Qué ingredientes hacen falta para preparar unas croquetas de salmón?
Lo primero y más importante para hacer este plato es, lógicamente, el salmón. Estaba debe estar desmenuzado o ya cocinado a la plancha con antelación. Por lo demás, se trata de los mismos ingredientes con los que se hacen otros tipos de croquetas, más o menos. Son los siguientes:
Harina, cebolla o cebollino, aceite, sal, pimienta, lecha, mantequilla, pan rallado y huevos. Nada del otro mundo, ¿verdad? En realidad, no se trata de una receta especialmente complicada, siempre y cuando se preste atención a algunos detalles.
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Cómo preparar el salmón para hacer croquetas
Lo más recomendable, tal y como coinciden muchos chefs, a la hora de hacer una receta de croquetas de salmón es preparar el pescado inicialmente a la plancha. Esto es, echar un poco de aceite en un sartén y freírlo con sal y pimienta. Con solo unas gotas de aceite acostumbra a ser más que suficiente, puesto que el salmón es un alimento que suelta bastante grasa de por sí, como sabrá cualquiera que alguna vez lo haya preparado a la plancha.
Otra opción es prepararlo también al horno, aunque quizá pueda llevar algo más de tiempo. En cualquier caso, ambas alternativas son válidas.
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Mucho cuidado con las raspas
El salmón es un pescado que suele acumular raspas. Tal vez no tantas como otros, pero sí las suficientes como para que haya que tener cuidado al preparar las croquetas. Por eso, una vez lo tenemos listo, hay que deshacer su carne en trocitos lo más pequeños posibles, y tener mucho cuidado de que no se nos cuele ninguna raspa. De lo contrario, no solo puede ser peligroso, sino también incómodo.
Cuando este paso esté concluido, llega el momento de ponerse con la bechamel.
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Cómo preparar la bechamel de unas croquetas de salmón
Lo primero para elaborar la bechamel consiste en pochar un poco de cebolla. Solamente hay que guisarla un poco en una sartén, con poco aceite, y esperar a que se haga ligeramente. La cebolla, eso sí, cortada siempre en trocitos lo más pequeños posible.
Cuando la cebolla esté, es el momento de añadir la mantequilla y, nada más derretirse esta (lo cual sucederá muy rápido), echar también la harina. Por último se le suma igualmente el salmón desmenuzado y se remueve todo sin parar. No hay que detenerse ni un momento, para que la bechamel quede perfecta. Al fin y al cabo, ese es el secreto de unas croquetas, sean del tipo que sean.
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Terminando con la bechamel de las croquetas de salmón
Poco a poco, el siguiente paso consiste en ir añadiendo leche, en pequeñas cantidades, sin dejar de remover la masa hasta que esta alcance su punto perfecto. Es fácil apreciarlo porque irá teniendo poco a poco un tono entre blanco y amarillo.
Una vez esté terminada, es recomendable poner la bechamel en un plato o en una bandeja (depende de la cantidad que hayamos preparado) y dejar que se enfría, si es verano en la nevera. No existe un tiempo específico que se deba esperar, pero si son unas cuantas horas, mejor que mejor.
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Dar forma a las croquetas de salmón
Cuando bechamel ya se haya enfriado lo suficiente, hay que dar forma a las croquetas. El tamaño depende de los gustos de cada persona, pudiéndolas hacer más grandes o más menudas, pero todas semejantes, ya que la presentación también es muy importante en el mundo de la cocina.
Si no se es muy mañoso en este aspecto, existen utensilios para ello, aunque no son demasiado habituales.
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Por último, rebozar y freír
Ahora ya solo quedaría lo más sencillo, que no es otra cosa que rebozar y freír. Para ello solamente hay que pasar cada croqueta primero por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado.
Cuando se tengan todas rebozadas, se prepara el aceite, en abundancia y muy caliente, para freírlas. Es importante que adquieran un aspecto dorado por fuera, y que estén bien cocinadas por dentro, para que queden crujientes y sabrosas, ya sea en una sartén o en una freidora. Por último, colocar un poco de papel absorbente en un plato e ir retirándolas del fuego.
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Croquetas de salmón, sencillas y sabrosas
Y ya estaría. Estamos seguros de que las croquetas de salmón son una de las opciones más ricas que se pueden hacer con bechamel, y su elaboración, como hemos visto, es bastante sencilla, sobre todo una vez se le coge el punto a la masa.
Tanto los más pequeños de la casa como los adultos se chuparán los dedos con este plato.
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