Santa Ángela de Foligno y San Ribogerto de Reims, doble celebración el 4 de enero

Hoy es un día muy especial, porque se celebra el onomástico de dos santos cuyas vidas fueron muy diferentes, pero que, en muchos sentidos, se convirtieron en un ejemplo para toda la cristiandad. Ciertamente no son únicamente ellos a los que celebramos en este día, pero si son los más destacados, y aunque no se tiene un número cierto de la cantidad de santos y beatos existentes, podemos afirmar que aquellos de los que hablaremos hoy fueron personas muy especiales en vida

Santa Ángela de Foligno

Santa Ángela De Foligno

Para comenzar, diremos que los comienzos de su vida no fueron para nada ejemplares, al contrario, Santa Ángela de Foligno, de quien se dice que nació en el siglo XIII, alrededor de los años 1249 o  1249, en la provincia italiana de Perugia, pecó mucho, a decir de la forma en que era entendido en catolicismo de la época, porque de dedicó a la vida mundana, era poco piadosa, muy orgullosa y bastante vanidosas, pero acabó por convertirse en una de las santas místicas más reconocidas por la Iglesia de Roma, ya que en cierto momento de su vida dejó atrás todo eso, para dedicarse en alma y cuerpo a una vida contemplativa y a tratar de comunicarse con Dios.

Los comentaristas indican que se casó a una edad muy temprana, que tuvo muchos hijos y que llegó a ser una mujer acaudalada, propietaria de castillos y de fincas, pero nada de eso le daba la felicidad que siempre estuvo buscando.

De hecho, tuvo que atravesar por muchas etapas en su camino penitente, siendo la primera llegar al convencimiento de que el pecado es muy dañino, lo que ocurrió cuando ella tenía aproximadamente 35 años de edad, momento en el que murieron su madre, sus hijos y su esposo, lo que la llevó a experimentar la más profunda de las penas.

Buscando el consuelo que necesitaba, acude a la iglesia en donde escucha la homilía que estaba dando un padre franciscano de nombre Arnoldo y al escuchar sus palabras, se da cuenta de lo equivocada que había estado en la vida, de cómo la había vivida y de lo que debía hacer para remediarla y de enmendar sus errores, por lo que se convierte en Terciaria Franciscana, logra peregrinar a Asís y conoce a Francisco, quien le indica que debe hacer solo dos cosas que son deshacerse de sus posesiones terrenales y dedicarse a la meditación contemplativa.

Santa Ángela de Foligno sigue los consejos de Francisco, aunque se queda con uno de sus castillos, al que estimaba más de todas sus posesiones. Es entonces cuando en un sueño profético se le aparece Jesús y le pregunta “¿Por amor a tu redentor no serás capaz de sacrificar tu palacio preferido?”, razón que la lleva a vender el castillo y a donar el precio para los pobres.

¿Tienes idea de cuantas mujeres se llaman Ángela en España? Pues nosotros tampoco, porque no buscamos ese dato, pero no te vayas a olvidar de felicitar a las que conozcas, que seguro alguna hay.

Fue el propio fraile Arnoldo quien luego escribió su biografía, dejando constancia de una vida ejemplar, rodeada de hermanos y hermanas terciarias franciscanas, a los que solía bendecir como una madre con mucho amor y bondad, hasta que el 4 de enero de 1309, ya estando en paz, falleció.

En cuanto a San Robogerto de Reims, debemos contar que fue un caso totalmente contrario al de Santa Ángela, puesto que desde muy joven vivió para la oración y la disciplina. Abrazó la castidad y fue uno de los más jóvenes Abades del Monasterio Benedictino de San Pedro de Orbais, hasta que gracias a las dotes cristianas que demostró durante su vida, fue nombrado Arzobispo de Reims en 698.

Fue expulsado de su puesto por Carlos Martel, por no apoyarlo en la revuelta de Austrasia, por lo que se exiló y a su regresó no trató de recuperar su puesto, aunque su sucesor en el puesto, Milo de Tréveris, le ofreció el puesto de acólito ayudante, el cual rechazó para retirarse a orar y a hacer penitencia, falleciendo en 743.

Pero el 4 de enero también se celebran los onomásticos de San Abrúnculo, San Cayo mártir, Santa Faraildis, San Ferreol obispo, San Gregorio obispo de Langres, San Hermes mártir, Santa Isabel Ana Seton, San Rigomerio ,Beata Ángela viuda, Beata Cristiana Menabuoi, Beato Manuel González García y Beato Tomás Plumtree.