Cómo hacer unas patatas bravas con alioli para chuparse los dedos

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Las patatas bravas sin son toda una revelación en los restaurantes y bares; sitios en los que suelen disfrutarse acompañadas de un par de cervezas. Ahora bien, hay unas patatas bravas que son servidas sin la salsa que les da su nombre; sino más bien, son acompañadas de un delicioso y cremoso alioli. 

Estas patatas son consideradas como una de las tapas favoritas por todos y ante esto son muy solicitadas en las tascas. La buena noticia es que tú también puedes hacerlas y disfrutarlas no solo con un par de tragos, sino también como acompañantes de tus comidas favoritas. Quédate a descubrir cómo puedes hacerlas realmente divinas.

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Prepara las patatas bravas

Las patatas bravas se caracterizan por no ser de tamaño muy grande, por el contrario, lo más aconsejable es picarlas del tamaño de un bocado.

Córtalas y espolvoréales un poco de sal. Fríelas en una cantidad generosa de aceite de oliva virgen extra a fuego muy suave y sin removerlas. Justo cuando tengan unos minutos cocinándose, aumenta el nivel del fuego al máximo para que queden crujientes en su exterior. Retíralas con la ayuda de una espumadera y ponlas a escurrir sobre papel absorbente.