Quizás en algún momento escuchaste hablar de ella y no supiste qué era, lo cierto es que una gran mayoría de las personas, sobre todo en su niñez, sufrieron de nictofobia, que es la fobia a la oscuridad.
¿Por qué se produce?
La nictofobia es producida por los riesgos que nos podemos imaginar que se esconden en la oscuridad en el mismo lugar que nosotros, pero no somos capaces de percibirlos debido al entorno sin luz. La nictofobia puede llegar a bloquear la capacidad de reacción de una persona, además de reacción de pedir ayuda al encontrarse bajo peligro o riesgo.
La nictofobia es uno de los miedos infantiles más frecuentes, que es muy normal es los niños y niñas de 7 años de edad, pero lo normal es que con el pasar del tiempo, a medida que vayan creciendo, esta fobia hacia la oscuridad vaya desapareciendo.
Aunque hay cosas de un niño que se lleva hasta la madurez, y que aun siendo adulto, continúa temiéndole a la oscuridad y se ve obligado a dormir con luces encendidas o el televisor para no encontrarse en total oscuridad. En casos como este donde la nictofobia no ha desaparecido, los expertos recomiendan que se visite a un psicoterapeuta para así tratar de superar la fobia con éxito.
No poder ver el peligro
En definitiva, esta es de las mayores causas que se esconden detrás de la nictofobia. El miedo que una persona siente al encontrarse en la oscuridad es una reacción totalmente normal y comprensible del ser humano, ya que se siente en desventaja ante cualquier tipo de depredador nocturno pues no posee la capacidad visual con la que cuenta en la luz.
La nictofobia es un miedo enorme e irracional a la oscuridad, y es causada por una percepción totalmente distorsionada y anticipatoria de los peligros que puede haber y que asechan en la oscuridad. Esto puede producir terrores nocturnos.
¿Dónde se puede sufrir de nictofobia?
Esta fobia puede presentarse en cualquier lugar, ya sea en la habitación en la que duermes, la cocina, la sala, el baño, en casa de algún familiar o amigo, edificios y en espacios abiertos como el bosque, playa, calle, campo y un parking.
¿Cómo una persona puede desarrollar nictofobia?
El origen de la nictofobia en una persona puede deberse a distintos motivos y experiencias.
En algunos casos, esta fobia nace debido a un trauma o una vivencia angustiante, como algún accidente, sometimiento, abusos, violencia, malos tratos y recuerdos o simplemente deberse a una visión totalmente distorsionada de la realidad que hay en la oscuridad, la cual se va creando debido a los cuentos y relatos de miedo y terror.
Es por esto que a los niños no se les permite ver películas de este tipo, ya que puede provocarles sufrir de nictofobia.
Al encontrarse en la oscuridad y percibir sonidos extraños que no reconoces, tu cuerpo de manera inmediata entra en un modo de defensa, ya que los identifica como una amenaza o peligro.
A menudo, estos crujidos que se escuchan y causan gran temor solo es la madera vieja sonando. Ante la falta de familiaridad al encontrarse en la oscuridad sin poder ver el entorno, el miedo intenso comienza a incrementarse más y más, acompañado de una gran angustia y ansiedad.
Signos que pueden presentarse en un caso de nictofobia
Los signos más comunes que se ven en las personas que sufren de esta terrible fobia a la oscuridad está el miedo irracional y totalmente intenso a la oscuridad, serios problemas a la hora de conciliar el sueño e insomnio por toda la noche hasta que sale el sol, ansiedad tremenda o crisis en la oscuridad, sudoración extrema acompañada de mareos.
Igualmente experimentan dificultad para respirar correctamente, angustia al encontrarse en un entorno oscuro y despertar en él, rechazo a salir de la cama o la casa por la noche y la necesidad compulsiva de tener una luz que brinde iluminación durante la noche.
¿Cómo se puede realizar un diagnóstico de la nictofobia?
Para poder diagnosticar esta fobia, se debe ver a un especialista, el cual se encargará de realizarte un estudio y entrevista personal donde te someterán a pruebas de diferentes tipos.
Una de ellas es la prueba de actuación frente a la oscuridad de Coffman, para así poder evaluar el comportamiento de la persona frente a situaciones que se vuelven cada vez más oscuras. También está la prueba de aproximación conductual a la oscuridad de Méndez, en donde se incluyen seis situaciones con un nivel de intensidad y de luz diferente.
Otra cosa que se realiza para poder diagnosticar la nictofobia es el registro de conductas en la oscuridad de Mikulas y Coffman, en donde se valora con una escala de 0 a 4 si se pueden realizar acciones como pasar por un pasillo oscuro, ir hacia el baño de noche, apagar todas las luces que hay en la casa o entrar en espacios cerrados donde hay muy poca luz, como un parking, trastero y sótano.
También se realiza un registro a la hora de dormir de Méndez y Gonzales, donde se evalúa el miedo que siente la persona cuando llega el momento de irse a dormir a oscuras.
Tratamiento para la nictofobia
Uno de los tratamientos que más se usa para curar la nictofobia es la psicoterapia, en ella se puede incluir desde la terapia cognitiva hasta la conductual, ya que de este modo se logra poder ayudar al paciente a que comprenda que los sentimientos negativos que tiene hacia la oscuridad y la noche no son correctos, mientras que al mismo tiempo son reemplazados por unos pensamientos útiles y positivos que combaten la fobia de manera muy efectiva.
Otras cosas que se suelen incluir a nivel psicoterapéutico son terapias de relajación y atención plena, técnicas de respiración, técnicas de exposición y desensibilización, exponiendo de este modo al paciente a su miedo de forma pausada mientras que se aplican técnicas de autocontrol, y de realidad virtual para así entrar en ambientes que recreen y permitan enfrentar los miedos de una manera controlada y terapia asistida con animales, para así facilitar el control emocional.
