La temporada en el Real Madrid arrancó y cuando muchos pensaban que sería un error el regreso de Carlo Ancelotti, la realidad es que, al menos de momento, está siendo todo lo contrario. La gran mayoría de aficionados pensaron que cometería el mismo error de Zinedine Zidane y se iría de cabeza con los de la vieja guardia, aquellos que le dieron gloria en su primera etapa; pero el italiano aprendió su lección y ahora no se casa con nadie. La prueba está en que algunos como Marcelo o Isco están algo relegados y otros como Miguel Gutiérrez y Camavinga, que acaba de llegar, ya los han superado en sus preferencias; además de que otros como Eden Hazard ya han perdido el lugar en detrimento de un buen Vinicius.
Ancelotti se ve que está apostando ahora por los méritos y el buen momento de sus jugadores, en lugar de aferrarse de nombres o viejas glorias pasadas. Sin embargo, eso no quiere decir que tenga algunos hombres fijos, que además de nombre también están rindiendo muy bien. Ejemplos de esos hay varios, como Courtois, Casemiro, Modric o Benzema; pero si hay algo que tiene fijo el estratega italiano es la defensa, que a pesar de darle algunos dolores en este inicio de campaña, también confía en que vuelva a mostrarse segura con un poco más de trabajo. En ese sentido ya los centrales están más que definidos; aunque claro hay uno que no parece contar en lo más mínimo y ese es Jesús Vallejo.
3En Tokio decepcionó con España
Aunque en el Granada, su último equipo antes de retornar al Real Madrid, no pudo hacerse con la titularidad, en las categorías inferiores de la selección de España la cosa era muy distinta. Allí era figura y uno de los pilares dentro de la zaga, pero todo cambió de forma drástica durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Durante este torneo, el combinado español se reforzó con algunos futbolistas de la selección mayor que entraban en el equipo por edad (para esta cita era de 24 años) y Vallejo se quedó sin puesto. Sin embargo, el aragonés si tuvo algunos minutos, el problema es que no muy buenos. Su peor actuación fue justo en la final, cuando quedó retratado por Malcom en el último gol y el que le dio el oro a Brasil condenando a España a la medalla de plata. Ancelotti parece que tomó nota de eso.
