jueves, 25 abril 2024 18:54

La humillación pública de Ancelotti a Hazard

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Dicen que a la tercera va la vencida, pero tal parece que ese no es el caso de un Eden Hazard que en lo que es su tercera temporada en el Real Madrid, ya está teniendo problemas para ver minutos con el nuevo técnico, Carlo Ancelotti. Luego de dos campañas teniendo un desempeño paupérrimo en el campo, producto de un bajón de nivel abismal, sus constantes lesiones y la mala preparación al llegar pasado de peso dos veranos seguidos, en esta ocasión parecía que otro Hazard había llegado. Más profesional, con más ánimos de mostrarse y, lo mejor, en un buen estado físico, el belga había comenzado con mucha ilusión la campaña 2021-2022; sin embargo, el estratega italiano poco a poco ha ido apagando esa magia.

Con Zinedine Zidane tuvo una permisividad y pasividad terribles con Hazard, que a pesar de lo mal que estuviera o jugara siempre lo colocaba y nunca lo sacaba del campo por más que no hiciera nada. Al ser el único con esperanzas de que pudiera resurgir y habiendo visto lo que podía dar en el Chelsea, realmente cualquiera hubiese querido recuperarlo; el problema es que al no haber mejoría tal vez otro método, como una dosis de banquillo o simplemente esperar, daría mejores resultados. El francés no lo vio así y ahora es Ancelotti el que ha llegado para cambiar las cosas y prueba de ello es que el banquillo está siendo territorio habitual de un Hazard que, por muy estrella que sea, tendrá que despertar si quiere más minutos.

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Un madridismo que se alegrará de que llegue

Salvo Zidane tal vez, que todavía siguiera poniéndolo jugando así de mal, nadie del Madrid espera a Hazard. Sin embargo, claro que cualquiera se alegraría de tener al menos una pequeña parte de aquel belga que se lucía en el Chelsea. Ahora mismo con un Madrid golpeado tras una campaña sin ganar títulos, todos los jugadores deben remar para recomponer la situación y si la calidad de Hazard regresara si que sería una buena noticia para todos. Ancelotti por ahora le está mostrando que debe esforzarse para jugar, por lo que queda de su parte si de verdad quiere hacerlo.

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