Juego de Tronos: los motivos por los que el final que viste no es el definitivo

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Juego de Tronos es una de las series que desde principio a fin hizo vibrar nuestras pantallas. Esta proyección que contó con 8 temporadas en su haber, no dejó para nadie en HBO. A día de hoy, es una de las tramas predilectas de muchísimas personas. Su llegada al mercado se dio en la año 2011, y después de 73 episodios bajaron el telón hace un par de años. A pesar de que había narrativa para que siguiera en desarrollo, su final ya estaba decantado.

Sin embargo, lo que vimos en el cierre propuesto por los creadores David Benioff y D.B. Weiss no fue el desenlace propiamente dicho para esta historia, ya que la novela ha seguido su curso. Posiblemente desconocías estos detalles, y aquí te los vamos a destripar para que sepas que este drama tenía más que contar, y habrá sorpresas en las escrituras.

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Los ritmos de la serie pasaron factura

Se sabe que mientras la audiencia va quedando enganchada a una trama y se termina la temporada, al mismo momento ya la gente pide la otra. A Juego de Tronos le sucedió algo muy similar. Dada su relevancia, el nivel de exigencia era cada día más grande. El ritmo de la televisión los llevó tener que adaptar más rápido un seriado de libros que ameritaba de más cuidado para no perder su línea argumentativa.

Y, a pesar de que no se vieron baches en las temporadas, en sí lo que pudimos ver quedó a medias, con todo y que no se notó. De hecho, si lees las novelas, podrías darte cuenta que la profundidad de la narrativa no fue difundida en su totalidad en los capítulos. Claro, sabemos que a veces es una misión imposible por pertenecer a géneros totalmente contrarios.