Bechamel: cómo hacerla paso a paso para que no te quede ni un grumo

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Hay algo que tienen en común plato tan diferentes como la lasagna, los canelones o las croquetas: la bechamel. Esta suave mezcla, inventada en Italia, perfeccionada en Francia y usada para todo tipo de recetas, tiene adeptos por todo el planeta, pero ¿saben todos los cocineros hacer una buena bechamel? ¿Qué pasos hay que dar para que no te quede ni un grumo?

No te preocupes, si eres de los que todavía no ha podido perfeccionar el arte de la bechamel, a partir de ahora podrás con los consejos que te hemos preparado. Ya te avisamos: todo depende en parte de la cantidad de harina que pongas en tu receta y de otra serie de condicionantes. Averigua cuáles.

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LA HISTORIA DE LA BECHAMEL

La historia de la bechamel.

En cuanto a la procedencia de la bechamel existen varias historias, pero la más fundamentada es la que la vincula al marqués francés Louis de Béchameil (1630-1703), al menos desde el punto de vista histórico; quien en la corte del Rey Luis XIV ocupó el cargo de mayordomo.

Este tenía bajo su responsabilidad la supervisión de los trabajos del lugar, entre ellos, los de la cocina. Y entre sus empleados estaba el cocinero y chef François Pierre de la Varenne (1615-1678), considerado el fundador de la cocina clásica francesa.

Fue en 1651 cuando este chef escribió el libro Le Cuisinier François; donde aparece escrita la receta con ese nombre en honor al marqués. Si bien otros apuntan a que en Italia se comenzó a preparar esta receta un siglo antes, lo cierto es que la original se parece en poco a esta que refinó el reputado cocinero galo.