Cuando hay un córner a favor, el movimiento es automático. Luis Enrique se sienta y Jesús Casas, su segundo en la Selección española, se levanta (sólo una persona puede estar de pie en el área técnica). Casas es el supervisor de las jugadas de estrategia, pero de la que, a ojos de todo el mundo, no funcionó como se esperaba a una rival a priori factible como Georgia.
Porque a pesar del resultado favorable (1-2 in extremis), la Selección española de Luis Enrique dejó mucho que desear. Con un juego bajo mínimos, lo cierto es que se vieron grandes fallos en un partido que debería haber sido mucho mejor y más fluido para la clasificación del Mundial. Es por esto que ahora todo apunta a que el proyecto del seleccionador no da confianzas ni garantías. Lo repasamos.
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La remontada ante Georgia no deja en buen lugar a la Selección española de Luis Enrique
La Selección española logró su primera victoria en la fase de clasificación para el Mundial de Qatar 2022 gracias a una remontada en el último minuto, que se culminó con un gol de Dani Olmo en el 91′. Con todo, las sensaciones de la España de Luis Enrique no han sido nada buenas en los dos primeros partidos del corto camino a la próxima cita mundialista. Así, y después de lo visto ante Georgia, las dudas son más que evidentes.
Contra Georgia, buscando mejorar en lo referente a verticalidad y profundidad, el seleccionador varió prácticamente todo el equipo, pero las sensaciones no fueron ni parecidas ante lo visto con Grecia. Falló el asturiano con los cambios que introdujo de inicio y el equipo no supo responder contra la selección número 89 del ranking FIFA.
A ello se le junta, además, uno de los problemas más claros: y es que en estos últimos años el fútbol español está generando futbolistas notables, pero pocos sobresalientes. Lo que hace que ante juegos como ante Georgia se dependa mucho del factor suerte y responsabilidad. Pedri fue el mejor, y Dani Olmo supo aupar a la selección española a la victoria, pero también deja en un lugar poco sencillo a Luis Enrique.
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Luis Enrique apuesta todo a la juventud sin organización para la Selección española
Uno de esos fallos, como ya ocurrió ante Grecia, es que el de la Selección española fio la originalidad del ataque a jugadores como Dani Olmo o Ferrán. Dos piezas importantes pero de las que aún no saben liderar el combinado nacional. Y eso se notó.
También porque ninguno de ellos tuvo su mejor día. Ya fuera por falta de continuidad o por imprecisiones, no llevaron el peso del encuentro como cabía esperar de ellos. Esto hizo que, en varios momentos del encuentro ante Georgia, se viera a ‘La Roja’ bastante desorganizativa y poco confiada de cara al gol y a la portería.
La diferencia de nivel entre las dos selecciones no se plasmó sobre el césped y la clasificación para el próximo Mundial llegó a comprometerse en exceso. Eso sí; de no haber ganado, habría puesto muy caro el billete a Qatar. Al menos por la vía rápida, que es la de ser primeros de grupo al término de las ocho jornadas.
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Muchas de las variantes utilizadas en esta Selección española no funcionan: la incógnita del combinado nacional
Porque cuando parecía que el partido no daría más de sí y que España se tendría que conformar (y complicar) la vida con un triste empate, llegó el zarpazo de Dani Olmo. Fue entonces cuando Luis Enrique se vio como uno más en la montonera que se generó en las inmediaciones del banquillo español.
«He estado a punto de infartar», se sinceraba Luis Enrique ante los micrófonos de Televisión Española. “Nos jugábamos mucho, el partido se había puesto mal y perdíamos confianza en cada pase«. Y quizá ahí esté el siguiente de los errores y fallos del de la selección española.
La realidad es que muchas de de las variantes utilizadas no dieron el resultado esperado, y aunque sí que hubo jugadores que se reivindicaron ante las dudas, el resto de la convocatoria del seleccionador no convence y, además, parece que restó importancia al partido a la vista del once que puso de inicio. La falta de un bloque sólido hace que el juego de España sea una incógnita y la prueba está en los dos últimos encuentros, en los que o ha faltado gol o, directamente, el equipo se ha hundido.
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La mala costumbre del 4-3-3 del seleccionador
Algo de lo que se tiene costumbre a reprochar a Luis Enrique es su rigidez táctica, esa de la que no siempre funciona bien o, como poco, como le gustaría al seleccionador de la Selección española, como ocurrió con Georgia, pero también con Grecia, donde no se pasó del empate a 1.
En esto, se ha demostrado una vez más que el 4-3-3 que tiene a bien considerar el asturiano ya no da resultados, o al menos no los que se quisiera. Un ejemplo claro de ello se vio con Koke, quien sí jugó cómodo en la posición que le marcaron, que es diferente a donde lo hace con Simeone.
Jugar en campo contrario le hace mejor a Koke, que tiene que recorrer menos metros en la fase defensiva, que en ‘La Roja’ consiste en presionar al rival siempre en campo contrario. Así, un sistema con tres centrales y dos carrileros tendría mucho sentido para darle cabida jugadores que pueden sumar mucho a parte de la columna vertebral: Angeliño, Marcos Alonso, César Azpilicueta, Mario Hermoso…
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Los cambios de perfil tampoco funcionaron
Si frente a Grecia no jugaron de entrada ninguno de los tres barcelonistas, ante Georgia los Busquets (capitán), Alba (capitán en sustitución) y Pedri tuvieron participación de inicio. Eric García ha vuelto a ser titular, beneficiado por la ausencia por lesión de Pau Torres y el ya comprometido futbolista barcelonista que rescatará del Manchester City ha jugado a buen nivel, destacando su calidad técnica y buena lectura del juego.
Esta vez no ha participado Sergio Ramos, dejando al Real Madrid sin representación por primera vez en décadas. Así ha sido contra pronóstico de los mal pensados que auguraban un trato de favor a su carrera para batir el record de internacionalidades que ya posee con la Selección española. Algo que sí hizo Vicente del Bosque con Iker Casillas, en partidos que no estaba previsto que jugara por las rotaciones y que participaba unos minutos para engrosar esa cifra de internacionalidades.
Todos ellos son perfiles de los que Luis Enrique tiende a cambiar para variar muchas cosas en su sistema. Extremos a pierna natural pero después a pierna cambiada, laterales altos y laterales bajos… Dichos cambios complican que los jugadores comprendan su idea y que puedan marcar la diferencia a nivel colectivo.
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